Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Cierran local anticapitalista en Toronto que no cobraba por el café ni por usar el baño

Un local que ofrecía café gratis a sus comensales y que se basaba en principios anticapitalistas tuvo que cerrar sus puertas porque simplemente quebró.

Un café que no cobraba por sus tazas tuvo que cerrar ante la lógica capitalista de la ganancia. Foto: Pixabay
Un café que no cobraba por sus tazas tuvo que cerrar ante la lógica capitalista de la ganancia. Foto: Pixabay

Un local que ofrecía café gratis a sus comensales y que se basaba en principios anticapitalistas tuvo que cerrar sus puertas porque simplemente quebró.

El ideal de un mundo en donde todos podamos acceder a productos y servicios sin importar cuánto dinero tengamos en nuestros bolsillos es un imposible en un mundo capitalista en donde los billetes mandan, así quedó confirmado con el cierre de una cafetería en Canadá que tenía como premisa que el cliente consumiera y si no tenía dinero o parte de él para pagar la cuenta no había problema.

El café ‘The Anarchist’ ubicado en la ciudad de Toronto fue concebido como un espacio en donde el anticapitalismo era la base de su operación y quienes asistían a él lo hacían gustosos no solo por el café servido en las mesas, sino por que pagaban las cuentas con lo que tenían, y si no contaban con dinero, no pagaban o lo hacían después.

Este café con un concepto ‘comunista’ abrió sus puertas y prendió sus cafeteras en marzo de 2022, pero tan solo pudo mantenerse durante un año debido a que su ‘anarquía’ no funcionó para el mundo capitalista, y sus clientes se tomaban muy en serio aquello de pagar con lo que se podía, la operación del establecimiento se volvió complicada porque sencillamente las ganancias no lo permitían, algo contrario a una cafetería ‘normal’.

El café, de buen ambiente y visitado con frecuencia por personajes de todas las clases en que los que los temas anticapitalistas y los asuntos de la política mundial eran los predilectos de sus comensales, no tuvo más opción que sucumbir ante la lógica del capital y cerrar porque las ganancias no aparecían por ningún lado, mientras que las deudas por operación se acumulaban.

El funcionamiento del café se basaba en lo que algunos llamaron ‘un principio utópico’ que se mantuvo solo por los caprichos de su dueño, es importante aclarar que el establecimiento tenía la opción de pagar lo que se pudiera o no pagar solo con el café, pero sí se cobraba por otros productos, y era esta bebida la más apetecida por su sabor y sobre todo por su precio, el cual podía llegar a ser cero.

El dueño del local, Gabriel Sims-Fewer explicó que se vio obligado a cerrar porque ‘El Anarquista’ se encontraba en bancarrota, pues varios de sus servicios eran gratuitos como el uso del baño y el permitir usar las sillas sin realizar una sola compra, pero calificó el año de funcionamiento como un éxito porque pudo mantener un modelo de negocio diferente en un mundo capitalista.

Esta iniciativa fue criticada por los sectores conservadores de Toronto que no la miraban con buenos ojos y que desde que se abrió ‘tenía los días y los cafés contados’.