Desastre ecológico: envenenaron 35 cóndores en vías de extinción en Bolivia

Un desastre natural se presentó en la localidad de Tarija en Bolivia cuando fueron hallados 35 cóndores de los Andes muertos por envenenamiento, una especie que poco a poco se va acabando debido a que no ha sido fácil su reproducción en cautiverio en diferentes países suramericanos.

Los 35 cóndores muertos componen el 0.5% de los cóndores de los Andes en el planeta, por eso, su muerte es una tragedia de impresionantes dimensiones y las autoridades medioambientales de Bolivia investigan este hecho que preocupa a la comunidad científica.

En Bolivia, el cóndor es un animal simbólico y de mucha importancia para la nación, de hecho allí se encuentran los mayores ejemplares de esta ave que posee algunos pocos ejemplares en Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.

Se presume que las aves fueron envenenadas, aunque por haberse encontrado unos perros muertos, es posible que el envenenamiento estuviese dirigido para otros animales, pero como los cóndores son especies carroñeras, comieron cuerpos ya envenenados y eso pudo provocar su muerte, aunque no se descarta que se haya puesto veneno sobre otros animales con la idea expresa de acabar con la vida de quienes hasta hace unas décadas fueran los reyes de la cordillera de los Andes.

Esta muerte se considera un biocidio, es decir, un acto contra la vida misma y además constituye un daño ecológico irreparable en un lugar en donde cóndores y comunidades campesinas han convivido sin ningún problema.

El cóndor de los Andes, también llamado cóndor de los cerros, es el ave no marina de mayor envergadura del planeta, puede consumir 5 kilogramos de carne en un día, pero también puede realizar ayunos de hasta 5 semanas, esta gran ave ha visto como sus fuentes de alimento se envenenan, por tal razón su población ha venido decreciendo dramáticamente.

El cóndor de los Andes cuenta con otros importantes números de especies en el sur del continente a través de un convenio de cría de los gobiernos de Chile y Argentina, en Colombia su reproducción en cautiverio ha contado con trastornos y zonas en las que vivía han sido deforestadas para ganadería y cultivos ilícitos.

Las autoridades siguen investigando el hecho y se espera dar con el paradero de los responsables de la muerte de una especie tan representativa para Suramérica debido a que esta es parte de los escudos de Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador.