Fuerza Aérea de Etiopía lanza ataques contra rebeldes produciendo la muerte de más de 100 civiles

Tigray o Tigré es una de las 10 regiones étnicas de Etiopía y su capital es la ciudad de Mekele, es considerada como la cuna de la civilización etíope y durante tres décadas un grupo étnico de la región, el Frente de Liberación Popular de Tigray, dominó la vida política de Etiopía.

Cuando el Frente de Liberación de Etiopía fue derrocado, esto como producto de varios factores, entre ellos una guerra con su vecina Eritrea, que se independizó del país en 1993 y lo dejó sin salida al mar, se instaló un gobierno centralista en Adís Abeba.

Una nueva guerra con Eritrea mantuvo durante tres años al país bajo el fuego y la sangre, pero una intervención de la ONU en el año 2000 puso fin a las hostilidades y obtuvo una paz definitiva.

Finalizando el año 2020 y durante el 2021 la situación en Etiopía se agudizó porque 9 grupos rebeldes establecieron una alianza para enfrentarse al gobierno del primer ministro Abiy Ahmed, generando una confrontación armada que ha hecho que 2 millones de etíopes se hayan tenido que desplazar de sus lugares de asentamiento ocasionando una emergencia social y humana poco atendida por la comunidad internacional.

El Gobierno etíope ha declarado el estado de emergencia y la lucha se ha agudizado, los jubilados han tenido que reincorporarse al servicio militar y cualquier sospechoso de colaborar con grupos rebeldes puede ser detenido, lo que ha generado que se cometan atropellos e injusticias.

La Organización de las Naciones Unidas ha declarado que ambas partes en conflicto han cometido atrocidades y como siempre, la población débil y vulnerable es la más perjudicada.

Como parte de la ofensiva sobre los grupos rebeldes, la Fuerza Aérea de Etiopía con colaboración de Eritrea ha bombardeado a los rebeldes y asentamientos que presume apoyarlos, en dichas acciones en las primeras dos semanas del año ha producido más de 100 muertes casi todos civiles.

La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throsell, manifestó en rueda de prensa que “Desde que comenzó el año 108 civiles murieron y otros 75 fueron heridos como resultado de ataques aéreos, presuntamente llevados a cabo por la Fuerza Aérea etíope”.

La portavoz exhortó a las autoridades de la nación y a sus aliados a “garantizar la protección a personas y bienes civiles de acuerdo con las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional”.

Liz Throsell recordó que “el incumplimiento de los principios de distinción y proporcionalidad” a la hora de planificar ataques, incluidos los aéreos, podría equivaler a crímenes de guerra.