Hace 35 años la naturaleza se ensañó contra la ciudad de México

Eran las 7:19 de la mañana del jueves 19 de septiembre de 1985 y la ciudad de México, la gran y poblada capital se despertaba para continuar con la vida agitada de una metrópoli, y ese día la vida no solo se agitó, sino que, en la humanidad de muchos, también se perdió.

Cerca de la desembocadura del río Balsas en el Océano Pacífico en las costas del estado de Michoacán se produjo un gran movimiento sísmico que afectó especialmente a la capital mexicana.

Este sismo es considerado el más fuerte en la historia de la capital y de la nación mexicana y antes de este, uno registrado en el año de 1957 se consideraba como el de mayor significación. 

Un asunto que generó muchas controversias en esa época y después, tuvo que ver con el número de víctimas mortales, porque muchos organismos dieron diferentes cuentas y jamás hubo consenso, dichas cuentas fluctuaron entre las 2.000 y las 40.000 personas fallecidas.

Se estima que más de 250.000 personas quedaron sin hogar como consecuencia del terremoto y muchos edificios quedaron al borde del colapso, para hacer la situación aún más difícil, al día siguiente, el 20 de septiembre y muy cerca de la misma hora en que se presentó el sismo, una replica de 7.5 puntos generó nuevo pánico y envío al piso a estructuras a punto de colapsar y también a otras en pie.
Muchas personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros, se dice que fueron cerca de 4.000, algunas de ellas, 10 días después de presentarse el siniestro.

En la época se adelantaban diversas obras de infraestructura debido a que el país sería al año siguiente, 1986, sede del Campeonato Mundial de Fútbol de la Fifa, México 86, luego de que repentinamente Colombia renunciara a dicha condición.

Los sistemas de metro colapsaron, las grandes avenidas se taponaron y la gente era un mar de nervios, angustia y terror, el estadio de Béisbol fue escenario de una improvisada morgue y se tuvieron que sepultar en fosas comunes, los cuerpos de personas cuya descomposición producía afectaciones de higiene.

Como no existía un sistema de registro organizado, la información de personas fallecidas, heridas, extraviadas y desaparecidas nunca pudo ser considerada fiel y se desató un gran escándalo debido a que se encontró que los edificios de reciente construcción que terminaron en el suelo estaban construidos con materiales no aptos para suelos arcillosos como el de la ciudad.

En 2017 se presentó un sismo que hizo recordar a quienes lo vivieron, el del año de 1985 pero no tuvo la magnitud y atmósfera dantesca que el de aquella mañana de jueves.