Primer ministro de Tailandia roció alcohol a periodistas por precaución ante la COVID-19

El mundo se encuentra aún bajo los influjos de la pandemia de la COVID-19 y a pesar de que en muchos países del mundo avancen los procesos de vacunación, las medidas de bioseguridad siguen siendo la constante en todas las actividades humanas.

Para evitar los contagios no sobran las precauciones, pero el primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-O-Cha se las tomo muy en serio y antes dar por terminada abruptamente una rueda de prensa, les rocío alcohol con una botella de spray que contenía el tan popular líquido por estos días de pandemia.

Aunque el mandatario afirmó que había hecho esto para “protegerse” de la COVID-19, los periodistas entendieron que esto fue una maniobra del primer ministro al sentirse incómodo cuando se le preguntó si reorganizaría su gabinete.

El mandatario dio una vuelta y se acercó a los comunicadores e inmediatamente se acercó a ellos y rocío alcohol mientras pronunció un “Le tengo miedo al Covid, tengo que cuidarme”.

Prayuth Chan-O-Cha es un controvertido líder que en anteriores ocasiones a realizado acciones controvertidas y muy criticadas, en alguna oportunidad pronunció palabras soeces, lanzó una cáscara de plátano y amenazó con golpear a los periodistas.

El primer ministro tailandés de 66 años es un oficial del Ejército de su país y fue comandante en jefe del Real Ejército Tailandés y fue presidente del club de fútbol Army United Football Club, en 2014 lanzó un golpe militar en contra del gobierno de Niwattamrong Boonsongpaisan estableciendo una dictadura militar que ha prohibido a la prensa criticar su gestión, so pena de recibir retaliaciones.

Luego de una nueva Constitución Política en Tailandia en el año 2016, Pruyath Chan-O-cha se presentó como candidato a las elecciones para presidente en el 2019 por el partido Palang Pracharat resultando triunfador de la jornada electoral.

El año pasado se registraron manifestaciones contra su gobierno y contra la monarquía tailandesa, protestas que tuvieron una duración de casi tres meses, el gobernante prohibió las reuniones de más de cinco personas, pero como desafío se registró una multitudinaria congregación en contra de su administración con miles de manifestantes reunidos en Bangkok, capital del país.

Ante la presión popular, el primer ministro ha manifestado en diversas ocasiones que no renunciará a su cargo.