Se cumplen 31 años de la explosión del avión de Avianca sobre Soacha

El vuelo 203 de la aerolínea Avianca del lunes 27 de noviembre de 1989 con ruta Bogotá-Cali en un avión Boeing 727-21 de matrícula HK-1803 tan solo duró 4 minutos porque cuando pasaba sobre el municipio de Soacha en el sur de Bogotá, estalló en el aire y los fragmentos de fuselaje y partes humanas quedaron esparcidos varios kilómetros a la redonda.

Hacia las 7:15 de la mañana los habitantes de Soacha escucharon una explosión y vieron como el cielo se iluminaba, algunos llegaron a creer que el leviatán, la bestia demoniaca del fin del mundo había llegado bramando y echando fuego para castigar al mundo.

Cuando varios vecinos supieron que se trataba de un avión fueron corriendo a ubicarlo en las montañas de la zona rural y quienes creyeron que podían toparse con la suerte de rescatar una maleta o alguna pertenencia ajena en buen estado, se encontraron con imágenes dantescas en las que partes humanas yacían sobre la hierba o incluso pendiendo de las ramas de algún arbusto.

El avión había explotado, pero no a causa de una falla mecánica, vivía Colombia tiempos de miedo y zozobra, y como tantos crímenes abominables, este fue obra del Cartel de Medellín, al que no le importó acabar con la vida de 101 personas, y al que días después, le importó menos acabar con más vidas con otra bomba en el edifico del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS.

Con el paso de los años las versiones sobre quién dio la orden cometer este abominable acto son diversas y no existe más que la claridad que fue el cartel de Medellín quien lo ejecutó, se le ha atribuido siempre su autoría a Pablo Escobar Gaviria, pero, así como algunos antiguos sicarios al servicio de este grupo delincuencial corroboraron la afirmación, otros lo pusieron lo pusieron en entredicho y su silencio aumentó la duda.

El crimen de la bomba en el vuelo 203 fue declarado como un delito de lesa humanidad y muchos de los que hicieron parte de este entramado se encuentran muertos, las investigaciones en Colombia vincularon a Pablo Escobar Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha y los hermanos Castaño, Carlos y Vicente como autores intelectuales del hecho y a Carlos Mario Alzate Urquijo, alias “arete”, que pagó cinco años de cárcel y quien se autoincriminó diciendo que la autoría fue de él y que el atentado iba dirigido para César Gaviria Trujillo, candidato presidencial del liberalismo en remplazo del asesinado Luis Carlos Galán, meses atrás.

“Arete” salió de la cárcel rápido, pero en 1992 Dandeniz Muñoz, alias “la Quica”, temible sicario del cartel de Cali fue detenido en los Estados Unidos y allí fue juzgado por narcotráfico y por su participación en el estallido del avión de Avianca, se condenó a 10 cadenas perpetuas.

31 años después el caso sigue abierto y las dudas han aumentado porque se tienen indicios de que el cartel de Medellín no actuó solo, se presume que hubo autoridades de organismos gubernamentales y de seguridad del estado, las familias de las víctimas solo claman que la verdad aparezca y que no se evapore como el material de una explosión.