Billete de 500 pesos de 1923: un tesoro que puede representarle 300 millones a su poseedor

Los viejos billetes se han vuelto de moda porque los coleccionistas y especialistas en la numismática o coleccionismo de monedas, billetes y relacionados, han dado a conocer algunas piezas que son consideradas un tesoro porque tienen características especiales y cuyos dueños podrían tener una fortuna, muchas veces sin saberlo.

Los colombianos como muchas otras personas de diferentes nacionalidades acostumbramos a guardar los billetes viejos, a pesar de que nuestro peso colombiano cada vez esté más raquítico frente a otras monedas, pero existen algunas ediciones de nuestra moneda que son apetecidas por coleccionistas, y como ‘de esto tan bueno no dan tanto’ en la mayoría de las veces las buscadas piezas son escasas.

Hace unas semanas se conoció que los coleccionistas están detrás de un billete de 10 pesos que circuló entre las décadas del 60 y 80, los cuales tenían unas características especiales, como la de ser emitidos en los años 1964, 1965 y 1969 y sobre el año tener marcada una R mayúscula.

El afortunado poseedor de un billete de estas especificaciones podría venderlo en 9 millones de pesos si se encuentra en perfecto estado de conservación, pero en condiciones menores su precio podría alcanzar los 3 millones de pesos.

Un tesoro de 300 millones

Un billete de 500 pesos emitido en 1923 se ha convertido en el afán de los coleccionistas en Colombia porque su precio podría ascender a los 300 millones de pesos, esta rara muestra de color verdoso tenía la imagen de Simón Bolívar por una cara y por la otra la del Banco de la República.

Unos años después el diseño y color del billete de 500 pesos cambió y la edición comenzada en 1923 del billete de tono verde se detuvo, estimándose en 6.000 las cantidades fabricadas, y según los expertos, solo 4 billetes de estos son conservados, y al parecer los otros 5.996 billetes desaparecieron con el tiempo.

Los coleccionistas estiman en 300 millones el valor de un billete de 500 pesos, siempre y cuando este se encuentre en perfecto estado, y que pertenezca a la edición de 1923, un año en que se inició con fuerza la producción a cargo del Banco de la República.

Este perseguido ejemplar monetario se convierte en el billete colombiano de colección más caro de la historia, por eso muchos ya comienzan a visitar el cuarto de San Alejo y los baúles de antigüedades esperando encontrar un billete de estos, el cual podría hacer maravillas en las arcas del afortunado.