Por: Efe • Colombia.com

Detienen a capo del Clan del Golfo en el norte de Colombia

Según información de la Policía, tenía nexos con organizaciones a nivel mundial.

Juan Carlos Cuesta Córdoba fue detenido por la Policía. Foto: Shutterstock
Juan Carlos Cuesta Córdoba fue detenido por la Policía. Foto: Shutterstock

Según información de la Policía, tenía nexos con organizaciones a nivel mundial.

La Policía detuvo en una vivienda de Montería a Juan Carlos Cuesta Córdoba que, según las autoridades, es un "nuevo capo excéntrico" del narcotráfico del Clan del Golfo solicitado en extradición por Estados Unidos por tráfico de drogas.

Cuesta Córdoba fue detenido en una operación conjunta de la Policía y la Fiscalía y el FBI en un sector exclusivo de la ciudad de Montería, en el de Colombia, y será trasladado a Bogotá a la espera del trámite de extradición a Estados Unidos.

Conocido como "Gordo Rufla", el detenido, de 29 años, era objetivo prioritario para el FBI porque se encargaba de coordinar el envío de cocaína desde varias regiones colombianas hacia Centroamérica, México y Estados Unidos.

Un comunicado de la Policía detalla que Cuesta tenía orden de captura con fines de extradición solicitada por la Corte Distrital para el Estado Medio de la Florida por los delitos de "tráfico de narcóticos y concierto para distribuir cocaína".

Según las investigaciones policiales, el detenido tenía nexos con organizaciones de narcotráfico de Honduras, Costa Rica, Panamá y México y contaba con capacidad para enviar hasta 10 toneladas mensuales de cocaína en lanchas rápidas.

Cuesta Córdoba era uno de los hombres de mayor confianza de Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel", jefe máximo del Clan del Golfo, considerada la mayor organización criminal del país.

Excentricidades del capo

El "Gordo Rufla" se movía en los departamentos de Antioquia, Atlántico y Córdoba, en los que tenía apartamentos, casas, camionetas lujosas, motocicletas de alto cilindraje, empresas de insumos agrícolas y fincas ganaderas a nombre de testaferros.

Varias de estas inversiones, adquiridas con dineros del narcotráfico y a las que se suman licorerías, ferreterías, restaurantes, entre otros negocios, eran utilizadas supuestamente para blanquear capitales.

Una de las excentricidades era que el narcotraficante practicaba rituales de santería junto con los demás integrantes de su estructura criminal para, supuestamente, evita

r que las autoridades pudieran capturarlos, dijo el director de la Policía colombiana, el general Jorge Luis Vargas.

El capturado también organizaba fiestas para lo cual contrataba artistas. Igualmente compraba joyas que ostentaba en videos y tenía una gran afición por las lociones y ropa de exclusivas marcas.

Se calcula que semanalmente gastaba hasta 127.000 dólares para satisfacer sus gustos personales.