El loro orejiamarillo se quedó sin quién lo defienda

En Colombia preferimos quedarnos escuchando que somos uno de los países más diversos del planeta, nos regocijamos con ello creyendo que esa condición va a ser eterna, pero no queremos darnos cuenta que, la tal mentada riqueza natural que poseemos fácilmente se puede acabar, y de hecho, ese proceso se está adelantando de manera acelerada, quizás más rápido de lo que los pesimistas habían considerado.

Una de las especies más amenazadas de nuestro hábitat es el loro orejiamarillo, un animalito endémico de los andes colombianos y que se encuentra en los bosques de palmas de cera en el departamento del Quindío, ese maravilloso paisaje que nos enorgullece comentar ante el mundo pero que maltratamos y acabamos con nuestra indiferencia.

La vida del loro orejiamarillo que anida en el árbol nacional de Colombia puede tener sus días contados, cada vez son menos las especies de esta hermosa ave que ante la destrucción de los bosques, especialmente para adaptarlos a la ganadería extensiva, se reduce en número acercándose peligrosamente a la extinción.

Tristemente el loro orejiamarillo debe ahora protegerse solo, o dejar en manos de Dios su suerte porque la persona que lo protegía en Colombia fue asesinada, porque en este país aquellos que protegen la vida son sentenciados a muerte, mientras que aquellos que han sembrado el luto durante décadas en los campos colombianos, se pasean tranquila y pasmosamente sin problema alguno.

Gonzalo Cardona, el guardián del loro orejiamarillo fue encontrado muerto hace unos días en zona rural del municipio de Tuluá en el departamento del Valle del Cauca, Gonzalo Cardona Molina tenía 55 años y era un campesino que gracias a su inteligencia y a su pasión por la naturaleza se obsesionó con la protección de la palma de cera y el loro orejiamarillo hasta dedicar su vida a ellos.

Gonzalo Cardona se convirtió en un experto en repoblamiento de las aves que protegía y tenía una destreza única para subir a los más alto de las palmas para poner y revisar los nidos de los animalitos, su muerte se convierte en la primera de un ambientalista, registrada en este año de 2021.

Cardona Molina realizaba un viaje en motocicleta desde Roncesvalles en el Tolima hasta Circasia en el Quindío cuando la muerte sorprendió a este defensor de la vida, se conoce que había recibido amenazas por parte de disidencias de las Farc por su trabajo como defensor de la fauna y flora y se presume que por ello fue asesinado.

Las autoridades dicen que van a investigar con especial atención el caso y mientras tantos los hijos de Gonzalo Cardona y los loros orejiamarillos se van a quedar sin quién los cuide.