Ojo: Esta es la nueva modalidad de hurto que está afectando a los capitalinos

A la difícil situación que se vive en Bogotá por cuenta de la inseguridad, traducida en robos a mano armada, hurto a viviendas y fleteos, se suma una nueva “estrategia” de los amigos de lo ajeno para no despertar la alerta de las autoridades y de sus víctimas, y así poder despojar a gran cantidad de personas de sus pertenencias.

Se trata de un nuevo modus operandi que se está popularizando en la capital y que consiste en que los delincuentes se visten de domiciliarios para pasar desapercibidos en restaurantes y zonas comerciales en los que tanto los dueños de los negocios, como los clientes, son víctimas de los robos.

Según reporta El Tiempo, en la última semana al menos 5 establecimientos fueron víctimas de esta modalidad, varios de ellos ubicados en la localidad de Usaquén que ya de por sí cuenta con una situación difícil en materia de seguridad. El caso más reciente, agrega el medio, se habría presentado en una cervecería del sector conocido como Park Way, en donde los delincuentes se habrían llevado hasta el licor del establecimiento.

La nueva modalidad de hurto claramente tiene una razón de ser. En primer lugar le permite a los delincuentes pasar desapercibidos tanto afuera como adentro de los establecimientos comerciales y, en segundo lugar, cumple un papel estratégico ya que al fingir ser domiciliarios en moto les es más fácil camuflarse en su huida. 

En contra de la creciente sensación de inseguridad en Bogotá, en donde tan solo hace unos días sorprendió el violento atraco y homicidio (por la espalda) de un hombre en el barrio La Estrada, las autoridades insisten en que hay una tendencia a la reducción de los hurtos. Según señala la Alcaldía de Bogotá, en agosto de este año, comparado con el mismo periodo de 2019, se se registra una reducción del hurto a personas del 28%, lesiones personales (-13%), hurto a comercio (-67%), hurto a bancos (-100%), hurto a residencias (-24%), hurto de automotores (-14%), entre otros delitos.

El panorama “oficial”, sin embargo, no parece tranquilizar a una ciudadanía que día a día atestigua casos de inseguridad y teme por su integridad. Eso sin contar el sub registro que existe en la denuncia de hurtos debido a que muchas de las víctimas prefieren no interponer tal proceso, por las complicaciones que conlleva o el temor a represalias.