Indígenas del Cauca derriban estatua de Sebastián de Belalcázar

En el morro de Tulcán en la ciudad de Popayán, capital del departamento del Cauca, se mantenía firme la columna del conquistador español Sebastián de Belalcázar, cuando un grupo de indígenas de la etnia Misak la derribó como protesta por el abandono al que ha estado sometido durante tanto tiempo por parte del estado colombiano.

Los indígenas Misak, también conocidos como guambianos habitan el departamento del Cauca y su resguardo mayor o Guambia, se encuentra en el municipio de Silvia. El pueblo Misak pertenece ancestralmente al cacicazgo de Calambás, una familia indígena que fue exterminada por los conquistadores españoles.

El valle de Pubenza, en donde se encuentra la capital, Popayán, junto al río Moras, Santander de Quilichao y los páramos cercanos a la cordillera central, componen un área de importancia para esta etnia, debido a que fueron los territorios en donde sus familias se asentaron, pero con el paso del tiempo fueron despojados de sus tierras y empujados hasta concentrarse en un solo lugar.

El departamento del Cauca es y ha sido uno de los más convulsionados del país, en este territorio convergen diferentes actores armados que se disputan el control del corredor del narcotráfico, también se encuentran los grupos indígenas que han sido víctimas del conflicto y que luchan por una libre determinación.

Hoy miércoles, decenas de indígenas se unieron para echar al piso las estatuas de Cristobal Colón y algunos próceres de los Estados Unidos como muestra de su inconformismo con las razas que los han oprimido y lo siguen haciendo.

En un acto simbólico se le hizo un juicio al conquistador español por genocidio, apropiación de tierras y despojo entre otros delitos. En las redes sociales se asegura que las comunidades Nasa, Pijao y Misak se encargaron de derribar las estatuas, pero otros informaron que no fueron ellas sino las Piurek.

Los Piurek son un grupo íntimamente ligado a la etnia guambiana, aunque su lengua ancestral es otra, sin embargo, comparten con sus pares, el desarraigo, el maltrato y la violencia a la que han sido sometidos durante siglos.

“Este juicio lo enmarcamos dentro de un compromiso que tenemos frente a la memoria colectiva de nuestra sangre, por la cual estamos convocados a reescribir la historia liberándonos de toda huella producto de la colonialidad del saber”, así dice el comunicado del Movimiento de autoridades indígenas del suroccidente.

En las redes sociales varias personas han celebrado este hecho y autoridades como el alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, consideran que esto es un hecho violento y que no es con violencia como se protesta de manera legal y legítima, además dijo que los monumentos caídos se restaurarán.