La historia detrás de “la toalla de la fe”: El día que el papa Francisco sangró en Cartagena y una mujer lo curó
La imagen de Lorenza curando al papa Francisco le dio la vuelta al mundo, y hoy se recuerda como símbolo de fe y humanidad.

La imagen de Lorenza curando al papa Francisco le dio la vuelta al mundo, y hoy se recuerda como símbolo de fe y humanidad.
En septiembre de 2017, Cartagena vivió un momento que aun muchos recuerdan con emoción: la visita del papa Francisco a Colombia. En medio de la conmoción que ha causado el reciente fallecimiento del sumo pontífice, la anécdota de su visita a Colombia ha vuelto a tener lugar en el corazón de los feligreses.
La llegada del papa Francisco a Cartagena hizo que miles de personas salieran a las calles con la esperanza de verlo de cerca, pero nadie imaginó que ese día quedaría grabado para siempre en la memoria de la ciudad, gracias al encuentro entre el papa y una mujer del barrio San Francisco: Lorenza Pérez.
Mientras el papamóvil avanzaba por las calles, una frenada inesperada hizo que el papa se golpeara el rostro contra el borde del vehículo. El golpe le abrió la ceja izquierda y le dejó un moretón visible en el pómulo. Por un instante, el bullicio se transformó en silencio. Fue entonces cuando Lorenza, sin pensarlo mucho, se abrió paso entre la multitud con una toalla blanca en la mano.
"Solo quería ayudarlo", contó después en varias entrevistas. Con una mezcla de ternura y decisión, le limpió la sangre y pidió agua oxigenada en una droguería cercana para curarle la herida. El papa, con esa sonrisa suya tan serena, le agradeció con cariño antes de seguir su recorrido.
Aquella toalla, manchada con la sangre del pontífice, Lorenza la conserva como un tesoro. La puso en una urna de vidrio y la llamó "la toalla de la fe". Con el tiempo, dice que esa misma toalla fue usada por una vecina para pedir por la salud de su sobrina enferma, y que tras tocarla, la niña se recuperó. Para Lorenza, eso fue un milagro.
Lorenza Pérez compartió con el papa Francisco durante 15 minutos luego de que el pontífice se golpeara durante su visita a Cartagena. Esta ciudadana atendió al santo padre en su vivienda y habló al respecto.
— Noticias Caracol (@NoticiasCaracol) April 22, 2025
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La historia volvió a tomar fuerza con la reciente noticia del fallecimiento del papa Francisco. Al enterarse, Lorenza no pudo contener el llanto. Recordó aquel día como uno de los momentos más grandes de su vida. “Ese fue el día en que Dios me permitió servir a su siervo. Eso nunca se me va a olvidar”, dijo con el corazón en la mano.
Hoy, la humilde casa de Lorenza en Cartagena no solo guarda una toalla detrás de un vidrio, sino una historia llena de fe, de humanidad y de esos pequeños actos que, sin buscarlo, tocan el alma de todos.