Armero 30 años: La maldición de un sacerdote

Ir de visita a los monumentos y tumbas de Armero, hace inevitable conocer la historia de boca de algunos que habitan en el nuevo pueblo llamado armero-guayabal, y viven de contar cómo fue esa noche en la que la furia de la naturaleza arranco la vida de un pueblo pujante.

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Ir de visita a los monumentos y tumbas de Armero, hace inevitable conocer la historia de boca de algunos que habitan en el nuevo pueblo llamado armero-guayabal, y viven de contar cómo fue esa noche en la que la furia de la naturaleza arranco la vida de un pueblo pujante.

Una historia que se cuenta es la maldición del padre Pedro María Ramírez, el cual en medio de ser acribillado y asesinado por la misma población, dijo: “No quedará piedra sobre piedra de Armero” lo cual hace pensar que se cumplió con la gran avalancha de lodo que sepultó al pueblo.

Armero se caracterizaba por ser liberal, era fuerte un cultivador de algodón y arrocero, con grandes entradas de dinero y sus habitantes despilfarraban la plata en los burdeles del pueblo.

El padre Pedro María Ramírez llegó a Armero con un pensamiento muy conservador y temperamento fuerte, él distinguía a las personas por su preferencia política, pero también si asistían a misa y eran buenos feligreses, lo que en él empezó un enfrentamiento con los habitantes y ante ello se desató una turba de personas en su contra de donde resultó asesinado como un mártir.

El padre Pedro María Ramírez en medio de su agonía le dijo a sus agresores: “No quedará piedra sobre piedra de Armero”, lo que fue considerado una maldición, y hoy en día es contado por los guías que esperan a los turistas que desean conocer de la tragedia de Armero. 

Luego de la muerte del padre, el pueblo enardecido no permitió darle una debida honra fúnebre y desnudo lo sepultaron. Algunos de los asesinos del padre que fueron judicializados rogaban que fueran cambiados de celda, pues afirmaban que el padre en horas de la noche iba a visitarlos.

Ante el cruel asesinato del sacerdote se pronunció el obispo de Ibagué y declaró a Armero en estado ‘Entredicho’, lo que quiere decir que  no se asignó a otro padre, entonces la población no podían celebrar primeras comuniones o bautizos.

Luego de 30 años de lo que fue la tragedia que enluto al país, en la actualidad tiene muchos cuestionamientos por ser una tragedia con advertencias de riesgos, Armero declarado tierra santa retrató la realidad de Colombia, un país de varios matices.

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