[OPINIÓN] Nada sencillo, Claudia López demostró que dirigir Bogotá no es tarea fácil

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Claudia López fue la mandataria colombiana con el índice más alto de aceptación durante sus primeros meses de gestión en Bogotá. Así lo reveló la encuesta Gallup Poll que le daba un envidiable 67 % de aprobación entre los bogotanos. Hoy, pese a una gestión sin mayores escándalos (sin exceptuarlos por completo), se podría considerar que la cifra es mucho menor a la registrada entonces, o al menos, así lo dejan ver las redes.

¿La razón? Bueno, aquí son muchos los factores que podrían influir. El manejo que le ha dado al coronavirus puede que sea uno de los aspectos que le ha generado la pérdida de adeptos, pero aún es temprano para determinar si para bien o para mal la historia recordará los esfuerzos de Claudia López en este aspecto.

De otra parte, en redes sociales aún hay sectores que le recriminan de la peor manera su orientación sexual, ¿Un contrasentido en pleno siglo XXI y en una gran capital? Completamente de acuerdo . No hay que buscar mucho en Facebook o en Twitter para notar los comentarios homófobos  en contra de la mandataria. Una total muestra de ignorancia que de primera mano deslegitima la crítica y pone en duda el nivel intelectual de algunos bogotanos. Ojo, las críticas son saludables en cualquier democracia, pero entrar al plano personal es una línea que hay que tener cuidado de cruzar.

Otro factor puede ser la relación que ha tenido con la fuerza pública. La defensa de la protesta social fue una de las banderas de su campaña y hoy, tras varios hechos registrados en la capital, es un tema en el que no se puede tener contento a todo el mundo. López, en campaña, fue una crítica férrea del uso del Escuadrón Móvil Antidisturbios.

Algunos de sus votantes, por ejemplo, aún no perdonan que hubiera usado al ESMAD para dispersar a un grupo de manifestantes que en enero de este año trancaron la movilidad en la Cra  30. López agotó las vías de diálogo y usó la fuerza como último recurso, al menos fue eso lo que se contó y ya desde ahí empezó a perder algunos adeptos.

Luego está el otro sector, el de sus detractores, que ‘por verde’ y por ‘ambigua’  (dicen ellos) no ha sido clara en su gestión. En esto podrían tener un punto, los ‘7 pareceres’ no son del agrado de nadie y, sumado al tema del ESMAD más la condonación de los servicios públicos sin tener el visto bueno del Gobierno Nacional, han  levantado ampolla. Nunca es bueno generar falsas ilusiones.

El manejo de recursos puede ser otro factor que ha estado presente en la difícil tarea de dirigir a Bogotá. No hace mucho se generó un escándalo por la exorbitante cifra que la alcaldía  de Claudia López estaría invirtiendo en publicidad para su gestión. Fue el concejal Emel Rojas quien dio a conocer la celebración del contrato por $6.000 millones para espacios publicitarios en tv, radio, prensa y redes sociales. La Alcaldía señaló que era publicidad destinada a informar a los bogotanos sobre el COVID-19, algo no tan ilógico que, sin embargo, despierta suspicacias.

La cereza del pastel en todo este tema no podría dejar de ser otro que el 'uribismo'. Suena trillado hablar del tema pero los encontronazos entre López y el presidente Iván Duque han dado de qué hablar. Para algunos es una mujer que se las sabe ‘de todas todas’. Para otros, ese sector que eligió presidente, es una incitadora que busca lucirse a costillas del mandatario y que, de paso, alista el camino para una no muy lejana campaña presidencial.

Entonces uno, como bogotano, tampoco sabe qué es lo que debe hacer un mandatario para tener a todo el mundo contento. Malo si trabajan, malo si no, malo si proponen, y malo si no. En una ciudad de inconformes lo mejor es seguir al frente y esperar que las redes, tan llenas de expertos, dejen trabajar.

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