Brigadistas extranjeros protegen a candidata de la Unión Patriótica

Una brigada de voluntarios extranjeros, llegados a Colombia desde Suiza, Bélgica y Francia, es la fuerza que protege desde esta semana a Aída Avella, quien tras 17 años en el exilio ha regresado a su país como candidata a la Presidencia por la izquierdista Unión Patriótica (UP) en medio de amenazas de muerte.

Así lo explicó en una entrevista con Efe la líder de este partido nacido de un acuerdo entre el Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y que a finales de 2013 resurgió de sus cenizas para afrontar los comicios legislativos y presidenciales de 2014.

Avella se propone aglutinar a la izquierda bajo la UP, el movimiento que en los años noventa del siglo pasado se vio abocado a la desaparición tras el asesinato sistemático de más de 3.000 de sus integrantes por paramilitares y fuerzas del Estado.

Pero iniciada la actual campaña para las legislativas del 9 de marzo y las presidenciales del 25 de mayo, los candidatos de la resucitada UP ya han empezado a recibir amenazas de "Los Rastrojos" y "Las Águilas Negras", herederas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que se desmovilizaron entre 2003 y 2006.

"Si fallamos una vez no fallamos dos veces", advertía en días pasados la última amenaza contra Avella, quien en 1996 se exilió a Suiza tras sufrir un atentado del que salió ilesa, cuando era concejal de Bogotá y presidía la UP.

Para combatir esas amenazas, la aspirante a la Presidencia dijo a Efe que la manera de protegerse durante la campaña, tanto ella como sus compañeros de partido, es mediante la compañía de jóvenes voluntarios extranjeros que ya han comenzado a llegar a Colombia.

"Son estudiantes que vienen, conocen la actividad y el sacrificio de la izquierda en Colombia, que deciden acompañarme y acompañar a los militantes, acompañar a los que tienen el coraje de lanzarse en un país en el que en medio de una democracia te dicen 'te vamos a matar'", explicó Avella.

La histórica dirigente de izquierdas, que pasó 17 años sin pisar su país, ya se ha reunido en Barranquilla con los primeros jóvenes suizos que le acompañarán hasta las elecciones, a los que se sumarán en los próximos días belgas, franceses e incluso ecuatorianos, precisó.

"En esto también hemos aprendido", matizó, en referencia al método de protección al que ha recurrido ante la desconfianza que le genera el propio Estado.

"Si algo nos pasa va a caer con nosotros un ciudadano de otro país y este Gobierno va a tener que enfrentarlo, va a tener que explicar por qué nos matan de esta manera. Nosotros nos blindamos con gente del exterior", argumentó.

Estas medidas, a juicio de Avella, están más que justificadas ante la situación planteada en otro movimiento de izquierdas, la Marcha Patriótica, liderado por la exsenadora Piedad Córdoba y que comparte muchos principios políticos con la UP.

Y es que desde que fue creada la Marcha Patriótica, en abril de 2012, han sido asesinados 30 militantes y se han abierto procesos penales contra otros 200.

"Nos duele mucho lo que le hacen a la Marcha Patriótica, los 30 asesinatos, que los jóvenes estén en las cárceles", se lamentó Avella sobre la persecución que padece este movimiento, con el que la UP colabora en algunas regiones.

Además de acudir al acompañamiento de las brigadas extranjeras, la candidata pidió al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos que "actúe" frente a las amenazas recibidas, de las que responsabiliza a estructuras del Estado.

"Cuando nos amenazan a nosotros no aparece nada. Uno dice: si no los encuentran es porque son ellos mismos. No hay otra explicación", dijo Avella.

Recordó así la grave historia de crímenes cometidos y reconocidos por el propio Estado tras las condenas impuestas por organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

Por el momento, las encuestas no le otorgan a Avella más del 1 % de intención de voto en las presidenciales, pero la líder de la UP confesó que su objetivo, más allá del histórico retorno, es "quitarle unas bancas a la corrupción". Albert Traver. EFE