El salto: película que ilustra el drama de los africanos en Melilla

La inmigración es uno de los temas que domina la atención de varios gobiernos en el mundo, y aunque en algunas latitudes como los Estados Unidos, la cantidad de migrantes rebasa las cifras más preocupantes, en Europa, dejó de ser un simple fenómeno y adquiere un carácter de emergencia.

La migración de subsaharianos, así se llama a los habitantes de la llamada África Subsahariana, una vasta región que no limita con el Mediterráneo y que está compuesta por 48 países y más de 1.000 millones de habitantes, hacia Europa se produce en el paso que une al norte del continente africano con España, concretamente en Melilla, ciudad autónoma española situada en el norte de África y cercana al estrecho de Gibraltar.

Inicialmente, eran marroquíes, argelinos y tunecinos los migrantes que se aventuraban a cruzar hacia España buscando varios países del viejo continente, sin embargo, muchos se establecieron en España y lograron fundar familias en la península ibérica en una colcha de retazos de corte cultural, social, religioso y racial.

Con el paso de los años, no solo los vecinos africanos de España viajan hasta este país, sino que los llamados países de África Subsahariana también lo hacen, y lo han hecho en tal número que los gobiernos ibéricos de los últimos años han buscado formas para que quienes se encuentran sin los permisos legales en su territorio regresen a sus lugares de origen.

Una valla en Melilla trata de evitar que, inmigrantes se aventuren a llegar hasta el lado español desde Marruecos, cruzarla es un acto conocido como ´el salto´, una osada decisión para la que no todos están preparados físicamente y que ha costado la vida a muchos, pues son recibidos por la Policía española que usa la fuerza, gases y en varias ocasiones las balas.

El Salto es la última película de Benito Zambrano y cuenta la historia de Ibrahim, un africano subsahariano que viajó a Madrid desde Guinea con Mariama y allí echó raíces, se ganaba la vida como albañil, pero como no tenía permiso fue deportado a su país.

Ibrahim no quiere separarse de Mariama y de su hija que está próxima a nacer, y por eso viaja hasta el norte de África con la idea de dar el salto y regresar como sea a España para estar con su familia.

El Festival de Málaga acoge a esta película que ilustra como ninguna el drama que se vive a diario en Melilla y que es protagonizado por personas que quieren darle un adiós definitivo a la pobreza.