¿Año de aprendizaje? Así le fue a Sebastián Montoya en su primera temporada en la Fórmula 2

Más allá de que, durante el fin de semana, toda la atención del mundo del automovilismo se centró en Lando Norris y en el cierre del calendario de la máxima categoría, el apellido Montoya volvió a despertar emoción entre los seguidores más fieles del deporte motor.

Y es que, una vez más, en el remate del año competitivo, Sebastián Montoya cerró su participación en la Fórmula 2 dejando varias sensaciones, varias conclusiones y, sobre todo, un puñado de reflexiones para lo que será la temporada 2026.

El colombiano afrontó la última cita del calendario en el Circuito de Yas Marina, en Abu Dhabi, un escenario que suele marcar el punto final de las temporadas y que, en esta ocasión, también le entregó a Sebastián Montoya un balance irregular.

En la primera carrera del fin de semana, el piloto de la Escudería Prema logró ubicarse en la decimotercera casilla, un lugar que, aunque no terminó siendo determinante, le permitió mostrar ciertos momentos de ritmo y constancia. Sin embargo, la situación se complicó en la prueba principal, donde una falla mecánica lo obligó a abandonar, dejando al traste cualquier posibilidad de cerrar el año sumando puntos.

Con esos resultados, el colombiano concluyó su temporada en la posición número 12 de la clasificación general de la Fórmula 2, acumulando un total de 91 puntos y dos podios. Un saldo que, si bien no encaja plenamente con las expectativas iniciales, refleja un año de aprendizaje continuo, de adaptación y de competencia ante una parrilla donde cada detalle suele definir diferencias mínimas pero cruciales.

Por eso, no sorprende que Sebastián Montoya, tras bajar del monoplaza, reconociera lo complejo del cierre. Habló de una carrera difícil, de un error puntual que terminó desencadenando un trompo completo y el apagado del motor, y de la necesidad de reenfocar el trabajo pensando en lo que viene.

De esta forma y con la temporada de la Fórmula 2 finalizada, Montoya fue claro al señalar que habrá que redefinir algunos elementos internos para aspirar a un protagonismo mayor. Insistió en que fue un año sólido, lleno de trabajo y de mejoras constantes, y dejó claro que su objetivo es volver más fuerte, y sobre todo, más preparado.

Con un año completo de experiencia, el colombiano espera dar un salto evidente el próximo año, un año que, como él mismo dice, promete ser bastante divertido y retador. Y mientras el calendario se apaga, la sensación queda, pues el apellido Montoya continúa encendiendo ilusiones en Colombia.