Santos tiene el gran reto de contentar a una izquierda exigente

El gran desafío del presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, es contentar a la izquierda que le ha ayudado a ser reelegido con el firme propósito de evitar el regreso del uribismo, y al tiempo mantener la economía de corte neoliberal por la que siempre ha apostado.

Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras celebrando su triunfo. Foto: EFE
Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras celebrando su triunfo. Foto: EFE

El gran desafío del presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, es contentar a la izquierda que le ha ayudado a ser reelegido con el firme propósito de evitar el regreso del uribismo, y al tiempo mantener la economía de corte neoliberal por la que siempre ha apostado.

Y es que en la segunda vuelta presidencial del domingo, en la que Santos ganó al uribista del partido Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, se dio una de las más grandes paradojas de la historia política de Colombia: la alianza insólita con una izquierda que durante décadas ha estado relegada y perseguida.

Santos es un político tradicional perteneciente a una de las familias más poderosas de Colombia que militó desde joven en el Partido Liberal, que abandonó para crear el derechista Partido de la U en torno al expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), del que fue su ministro de Defensa.

Imbuido en el neoliberalismo y defensor de la Tercera Vía que alentó el ex primer ministro británico Tony Blair, fue ministro de Comercio Exterior durante el Gobierno de César Gaviria (1990-1994) y de Hacienda en el de Andrés Pastrana (1998-2002).

De hecho, como mandatario, ha firmado hasta diez Tratados de Libre Comercio (TLC), entre ellos con Estados Unidos y la Unión Europea, lo que le llevó a afrontar duras protestas campesinas desde el año pasado.

Esa visión de la economía, unido a que Santos siempre estuvo más cerca de la derecha, contrasta con el Gobierno que va a tener que implementar a partir del 7 de agosto próximo, cuando asuma su segundo mandato, que ha conseguido gracias al apoyo de la izquierda, los movimientos sociales y las minorías.

Apoyos que vienen de la apuesta que han hecho los colombianos más progresistas por la paz que ha promovido Santos con las guerrillas, a través del diálogo, pero sobre todo porque han evitado de todas las maneras el regreso del uribismo en cualquiera de sus formas.

En su primer discurso tras conocer los resultados electorales, el presidente reelegido envió un mensaje de agradecimiento a los líderes e integrantes de la izquierda y de los movimientos sociales.

"A quienes votaron por el simple hecho de apoyar la paz, pero han sido críticos de nuestras políticas en otros frentes, les digo que asumo y respaldo con gigante desafío que en cuatro años nadie se arrepienta de haber votado por nosotros, no les fallaremos", dijo a las más de mil personas que le acompañaron en la celebración.

Citó uno por uno a los líderes que hicieron posible su triunfo: Clara López, la dirigente del izquierdista Polo Democrático Alternativo; a Aída Avella, de la comunista Unión Patriótica, a Gustavo Petro, exguerrillero del M-19 y alcalde de Bogotá; y a Antanas Mockus, uno de los fundadores del Partido Verde.

También a colectivos sociales como la Marcha Patriótica, liderada por la exsenadora Piedad Córdoba; a afrodescendientes, indígenas, ambientalistas, maestros, sindicalistas y al Movimiento de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI).

Estos apoyos ponen a Santos en un aprieto porque a lo largo de su gobierno esos grupos le han hecho exigencias muy espinosas, como anular los TLC, avanzar en una ley del aborto o desmilitarizar los resguardos indígenas.

Aun así, les prometió durante su discurso que "sus aportes y también sus críticas serán siempre escuchados y tenidos en cuenta".

"A Colombia no le fallaremos en nuestro compromiso por la paz con justicia social y desde ahora convoco a todos para que desde el nuevo Congreso, que se instala el 20 de julio, saquemos adelante las reformas que hacen falta para asegurar esa paz y esa equidad", matizó.

En una carta abierta difundida tras las elecciones del domingo, el presidente dejó claro cuáles serán los cinco pilares de su Gobierno: educación, salud, vivienda, agricultura y paz, poco después de anunciar que está dispuesto a llevar a cabo "reformas profundas".

Una nueva visión de país que dista de la que propuso cuando llegó al poder en 2010, momento en el que anunció que los pilares o "locomotoras" de su mandato, enmarcadas bajo el lema "Prosperidad Democrática", serían vivienda, infraestructura, minería, agricultura e innovación.

"Vamos a corregir todo lo que haya que corregir, vamos a ajustar todo lo que haya que ajustar y vamos a reformar todo lo que haya que reformar, porque a eso nos debe llevar la paz, a poner en marcha profundas reformas", manifestó.

En declaraciones a Efe, el senador electo Carlos Fernando Galán, de Cambio Radical, el partido del vicepresidente electo, Germán Vargas Lleras, dijo que este triunfo "es la demostración de que hubo gente de diferentes sectores políticos que tuvieron diferencias con el presidente Santos pero se dieron cuenta de que merece la pena acompañar su apuesta por la paz".

Fue, a juicio de Galán, "un mensaje mayoritario de demócratas colombianos que creyeron y creen que ésta es la mejor oportunidad de acabar el conflicto y profundizar la democracia".

Por su lado, el senador de la Alianza Verde Luis Carlos Avellaneda dijo también a Efe que la tarea "es empezar a construir una paz estable y duradera con justicia social, mirar más la salud, la educación, la vivienda y el campo, donde se están aglomerando las peores desigualdades".

"Esa es la única manera de edificar la paz después de cincuenta años de conflicto", resumió Avellaneda tras escuchar la propuesta más progresista de un presidente colombiano.

EFE

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