Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Día del idioma: La lengua de Cervantes que cada vez se nos enreda más

Día del idioma: La lengua de Cervantes que cada vez se nos enreda más. Cada 23 de abril el español tiene su día, un lluvioso y lleno de nubarrones debido a que las redes sociales y la internet lo inundan de términos anglo.

Actualización
Miguel de Cervantes y sus demonios al escribir la obra cumbre del español: Don Quijote de La Mancha. Foto: Twitter @PublicDomainRev
Miguel de Cervantes y sus demonios al escribir la obra cumbre del español: Don Quijote de La Mancha. Foto: Twitter @PublicDomainRev

Día del idioma: La lengua de Cervantes que cada vez se nos enreda más. Cada 23 de abril el español tiene su día, un lluvioso y lleno de nubarrones debido a que las redes sociales y la internet lo inundan de términos anglo.

Hoy es 23 de abril y el mundo hispanoparlante celebra el día del idioma, y aunque pocos lo crean, ya en la primera frase encontrará un error, o mejor, una palabra, que, aunque parezca propia del español, no lo es. Si usted logró saber cuál es, felicidades, seguramente tenemos entre nosotros a todo un lover de la lengua de Cervantes preocupado porque este mundo digital haga que nuestro idioma se nutra de más extranjerismos.

En lugar de hispanoparlante podemos decir hispanohablante, porque parlante es un vocablo italiano que viene de parlar o hablar, aunque toda la vida hemos conocido como parlante al popular ‘bafle’, altavoz, amplificador o speaker, porque siempre sonará mejor en inglés para muchos y la music a todo volumen para otros.

Si Miguel de Cervantes viviera ya le habría dado un soponcio al escuchar el español actual, un mixture de términos que la publicidad, la internet (porque tiene los dos géneros, es decir, es unisex) y la falta de sentido de pertenencia tenemos los que tan mal lo hablamos.

Los colombianos vivimos con el rótulo de hablar el mejor español del mundo, pero a veces nos preguntamos qué tan cierto será, porque si nosotros hablamos el mejor español, ¿cómo se le escuchará a quienes hablan el peor?

Cada vez estamos peor que nuestros padres y abuelos en cuanto al uso del idioma, ni siquiera el fiel y bonachón escudero de Don Quijote, Sancho Panza, pudo defender, quizás porque su figura no-fitness no le permitía moverse con el power necesario, lo cual indica que estamos en pañales con las generaciones anteriores, perdón, estamos en bóxers, ni hablar de calzoncillos, porque estos hacen parte de la prehistoria, una especie de TBT de los underwear.

La internet y las redes nos han llevado a una rápida acomodación de términos foráneos, mejor si son en inglés, porque, aunque muchos lo quieran negar, lo anglo sigue teniendo enorme injerencia en el planeta, tanto que ya nadie sale a trotar o a correr, sino que practica el running, y los delanteros del team Colombia no están en racha anotadora, sino ‘on fire’.

Olvidamos lo que es un tentempié, unas onces o el ‘algo’, hoy en día (today) preferimos un snack, y si es free fat, mucho mejor, hoy todo es light, todo debe decirse, analizarse y procesarse como lo dictan los medios modernos, porque cuanto más quickly, is very easy.

Nuestro español no es español, no porque seamos de aquellos recalcitrantes (OMG, What is this?) que dicen que el verdadero idioma que hablamos y escribimos es el castellano, recordemos que gran parte del idioma de Castilla se mezcló con otros como el gallego, el andaluz, y en menor medida el euskera y el catalán, para formar uno de habla popular en toda España, la antigua Iberia o Hispania, por eso somo Hispanohablantes, o hispanos, como despectivamente nos llaman los estadounidenses.

Usamos a diario términos sin siquiera saber qué significan, rendimos reverencia al inglés, pero lo más paradójico es que Colombia está en los últimos lugares del score mundial de angloparlantes (mejor dicho, de los que hablan inglés), sin embargo ya pocos nos llamamos José, Juan, Pedro, estamos invadidos de los Byron, Dylan, Brandon, Ian, Michael, Wanda, Amelie, Brooke, Charlize, que poco combinan con Peréz, González, Ramírez, Rodríguez y con los muy orgullosos y autóctonos Tocancipá, Tocarruncho, Chivatá o Pataquiva.

Es hora de salir a fight for nuestro spanish, es el idioma más bello y lleno de riqueza, comencemos por llamar las cosas por su nombre, y si son en español, mucho mejor, ¿OK?