"Orange Is The New Black" refleja la realidad carcelaria, dicen sus actrices

Creada por Jenji Kohan (de la serie "Weeds") y basada en las memorias de Piper Kerman, se trata de un drama carcelario con tintes de comedia cuya protagonista es Taylor Schilling, una mujer de Brooklyn que acaba entre rejas debido a su relación con una narcotraficante.

Allí formará alianzas con un grupo de presas -a cada cual más excéntrica- cuyas experiencias personales tendrán una notable influencia en su paso por la prisión.

Dos de ellas son las encarnadas por Rodríguez y Polanco.

Rodríguez da vida a Aleida Diaz, una mujer que cortaba y almacenaba drogas en su cocina por orden de su pareja, mientras que Polanco es Daya Diaz, una joven que mantiene una relación con uno de los policías de la cárcel.

"Lo que ha ocurrido con esta serie es increíble", dijo Rodríguez a Efe. "Aquí se habla sobre mujeres que uno normalmente no suele conocer, pero que existen. Esto no es un reflejo de Hollywood, como tantas series y películas. Es el reflejo de una realidad", añadió.

Polanco asegura que aún necesita pellizcarse para comprobar que es real lo que está viviendo. "A veces me pregunto qué está pasando. Es como un tsunami que viene de repente. Estamos muy agradecidas, felices y orgullosas por el amor recibido", indicó.

La serie se estrenó el 11 de julio en Netflix, con los 13 primeros capítulos disponibles de forma instantánea. Actualmente se rueda la segunda temporada, cuyo estreno está previsto para el próximo año.

Las intérpretes sostienen que las situaciones de la serie muestran la realidad, a veces cruda, a veces esperanzadora, de esas personas, tal y como pudieron comprobar ellas mismas.

"Todo es muy verídico. He visitado cárceles y he conocido a gente que ha estado allí. Hay historias que existen hoy día. Y la diversidad está ahí, con todos los colores y las razas mezclados", sostuvo Polanco.

Madre e hija en la serie se han convertido en íntimas fuera del escenario a medida que sus tramas iban obteniendo mayor importancia por parte de los guionistas.

"Fue una química instantánea. Nos conocimos y resultó todo muy natural. No fue un rompecabezas", afirmó Polanco.

"Sabíamos que iba a existir una relación entre las dos, pero desconocíamos hasta qué punto. Inmediatamente nos abrimos la una a la otra para ayudarnos", declaró Rodríguez.

El personaje de Polanco llega a la cárcel por amor, algo que la actriz nunca consentiría en la vida real.

"Antes que el amor prefiero la libertad. Eso sí, ella ama con el corazón y no es rencorosa. En eso me parezco a ella. Tiene una relación mala con su mamá, pero la quiere y busca su apoyo. Yo camino con el corazón y trato de mantener el rencor fuera de mi vida", manifestó la joven intérprete.

En cambio, Aleida Diaz está en prisión por un "exceso de confianza" en quienes la rodeaban, especialmente por parte de un hombre. "La vida la ha hecho más fría en su exterior, pero guarda ternura y amor dentro", comentó Rodríguez.

El reparto rueda la segunda temporada desde finales de julio.

"Va a haber un mayor desarrollo de los personajes, pero con estos escritores no se puede predecir nada. En la prisión puede pasar cualquier cosa y nunca imaginas qué puede ocurrir con tu papel", indicó Polanco.

Rodríguez, por su parte, dice que vive con la misma expectación que el espectador. "Estoy deseando que me manden más páginas y leerlas. Es como una novela. Quieres saber más. A ver si nos hacemos amigas del escritor para tener más información", dijo entre risas.

La actriz promete historias y personajes nuevos en este programa estrella de Netflix, un videoclub virtual reconvertido en productora de contenidos originales que ha sorprendido por la calidad de productos como "House of Cards".

"Sin duda ayuda a que quien está frente al televisor tenga el control para ver lo que desee cuando quiera. Permite una mayor flexibilidad", comentó Polanco.

El éxito de estas actrices tiene su eco también en la gran pantalla. Polanco estrenará próximamente "Gimme Shelter", mientras que Rodríguez tiene en cartera "Animal Rescue", con Tom Hardy y James Gandolfini, en la que fue su última película antes de fallecer. EFE