Eduardo Toro es el creador de la estatua de bronce de la madre Laura

El padre y artista Eduardo Toro es el creador de las esculturas que se conocen de Laura Montoya, estudió más la personalidad de la Madre y su trayectoria y para llegar a su físico. 

Colombia.com - Especiales
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El padre y artista Eduardo Toro es el creador de las esculturas que se conocen de Laura Montoya, estudió más la personalidad de la Madre y su trayectoria y para llegar a su físico. 

Se ha hablado mucho de la Madre Laura Montoya Upegui, de su beatificación y, ahora, de su canonización. Sabíamos de ella y de lo mucho que trabajó por los indígenas y por las comunidades abandonadas. 

Conocíamos una imagen suya, sacada de fotografías de su juventud y llevada a una estampita que muestra a la joven bonita y nada más. Pero quien nos mostró cómo era, con la transformación que sufrió su físico con la carga de la vida difícil que llevó, fue el escultor Eduardo Toro.

Desde hace muchos años el artista creador, sacerdote y hombre de enorme cultura, ha estado cerca de la Madre Laura. Creía en ella porque la conocía. 

Es así como en los primeros años de este siglo le encargaron la escultura de cuerpo entero que reposa junto al altar de la iglesia del convento de la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena. El padre Eduardo estudió más la personalidad de la Madre Laura, su trayectoria y para llegar a su físico, partió del óleo del maestro Eladio Vélez, quien la representó sentada en una mesa escribiendo. También estudió dos fotografías que existen de ella, una que le tomaron en Santa Fe de Antioquia y otra en El Cuchillón, cerca del barrio Buenos Aires, arriba del centro de Medellín. 

Con estas referencias plasmó la imagen de una mujer fuerte, no bella, pero sí muy hermosa, ya vieja y obesa, pero que en su rostro y en su gesto deja ver la humanidad recia que la acompañó en cada vicisitud. Al lado está un niño emberá-katío. 

El proceso empleado
Primero se modeló en barro, luego se sacó el molde perdido y se pasó a pasta fibrone (yeso con una estructura interna de tela de costal). Se inició en barro y se hizo el molde perdido en los talleres del maestro Alberto Restrepo.

Además de esta obra, el padre Eduardo acaba de instalar en Jericó otra escultura, copia exacta de la anterior pero fundida en bronce, en los talleres de Armando Arango. 

Eduardo ha demostrado en otras obras que sus personajes surgen del conocimiento que el artista tiene de ellos y del análisis de su vida, crea con esa fuerza que da la verdadera fe en lo humano y en lo divino, del creador humanista, para lograr la capacidad grandiosa de representar lo que se siente en el alma. Por eso no la recreó cuando era joven, sino cuando ya era la Madre Laura, vieja y pesada, cargada de trascendencia, de vida y de esfuerzo, pero con el alma llena de la labor lograda. 

Al contemplar sus esculturas, se captan muchas facetas del personaje y se llega a admirarlo, no por bonito, sino por interesante y definitivamente humano. Lograr esto en escultura no es fácil y Toro lo ha logrado en varios personajes. 

Es así que la relación de artista-personaje, en este caso, la Madre Laura, viene de tiempo atrás y no por el boom causado por su canonización. El escultor sabe que en ella tenía a un ser muy especial y muy difícil de lograr dadas sus características temperamentales y físicas. Ha logrado personificarla en bronce y pasta fibrone y en ambas obras surge el ser atormentado y empecinado que fue la madre Laura, hoy santa Laura Montoya.