Arsenal continúa golpeando a los grandes

Fútbol - Miércoles, 12 / Sep / 2007
 
Colombia.com
El colombiano Josimar Mosquera fue titular en la victoria de su escuadra Arsenal de Sarandi 2-1 frente a River Plate. El defensa Mosquera, continua siendo fundamental en la buena campaña del cuadro del técnico Gustavo Alfaro.

El agua fue el gran rival de la tarde. Para uno y otro. Cómo trasladar la pelota, era la consigna. Y ni hablar, tratar de hacer pie en medio de tantos charcos. No fue fácil, por cierto. River, en esos primeros minutos, pareció hacer mejor pie. Sobre todo en el sector derecho, donde el piso estaba un poco más "transitable".

De todos modos, esta situación quitó precisión en los traslados. Costaba dar dos pases seguidos y, por lo general, los intentos dependían de los errores ajenos.

Los de Passarella asumieron la iniciativa y la primera llegada fue un tiro libre que se lo abrieron a Augusto Fernández, quien metió un zurdazo bajo que el arquero rechazó abajo como pudo. Enseguida, los centrales de Arsenal calcularon mal, se quedaron clavados al piso y a la carrera entró Ruben, aunque no pudo entrarle bien.

Se jugaba en campo local. Para tratar de evitar los piques, se repitió la fórmula del pelotazo frontal. Y esto hizo que el partido se hiciera previsible, extremadamente lento y casi sin situaciones.

Lógico, al no poder controlar normalmente el movimiento de sus cuerpos, los jugadores empezaron a poner al límite. Hubo piernas fuertes y se interrumpía el juego a cada rato. River siempre se mostró más ambicioso, dentro de este contexto atípico. No abandonó su postura de búsqueda y tuvo otra clara, cuando los defensores dejaron corto un despeje. Peralta se dio cuenta y dentro del área grande sacó un derechazo alto que casi se mete arriba.

Estaba al caer el gol de River. Lo merecía y lo tuvo, cuando Belluschi abrió los ojos y se la metió en profundidad para Ruben, quien acomodó su cuerpo antes de sacar el derechazo alto que estableció la diferencia parcial.

Arsenal salió disparado a buscar el empate. Adelantó a los defensores y también a los volantes. Pero fue pura confusión y nerviosismo. Equivocó los caminos de llegada, porque centralizó el juego, en lugar de fabricar espacios por los costados. River, con la ventaja debajo del brazo, se cerró bien en el fondo y siguió complicando de contra.

Pero, se sabe, los partidos hay que cerrarlos porque sino, después, es tiempo de lamentos. Vaya si lo estará pensando River, que parecía tener una tranquila, camino a quedar a nada de la punta. Pero Arsenal lentamente se fue dando cuenta de que podía lastimar de contra. Primero se encontró con un empate de atropellada: llegó una pelota cruzada y Matellán, de espaldas al arco, la mandó adentro ante la sorpresa de Ojeda.

Necesitado de los tres puntos, el equipo de Passarella fue para adelante con los ojos cerrados. Tuvo la pelota, es verdad, pero se le venía el mundo abajo cuando debía resolver en los metros finales. Ya se iba el partido y el empate parecía cerrado con siete llaves. Error, porque Galdolfi (en el último minuto, para colmo) se animó y desde una buena posición le entró duro abajo. Zurdazo y gol. Victoria de Arsenal y toda, pero toda, la desilusión para un River que venía levantando cabeza y de golpe se encontró con un duro cachetazo. OLE.com