El colombiano Camilo Durán emerge como revelación con gol histórico en Champions

El arranque de la Champions League 2025-2026 dejó un protagonista inesperado para el fútbol colombiano. Mientras la mayoría de los reflectores estaban puestos sobre jugadores de renombre, un delantero samario de apenas 23 años escribió su propio capítulo de gloria en el estadio Da Luz, en Lisboa. Se trata de Camilo Durán, quien anotó el primer gol de su equipo, el Qarabag de Azerbaiyán, en el duelo frente al Benfica.

El tanto llegó al minuto 48, tras una jugada que evidenció su olfato goleador. Durán se desmarcó con una diagonal perfecta, recibió el pase en el área y definió con frialdad para dejar sin opciones al arquero Trubin. El grito de gol no solo silenció a los aficionados locales, sino que también puso a Colombia en el mapa de la competición más prestigiosa a nivel de clubes.

Lo curioso del caso es que, en el país, poco se sabía de este atacante. Su paso por el Independiente Medellín Sub-20 fue fugaz y sin mayor trascendencia. Fue entonces cuando decidió tomar un rumbo distinto al de muchos de sus compatriotas, emprendiendo un viaje lleno de riesgos pero también de oportunidades.

Primero probó en las divisiones juveniles del Flamengo de Brasil, donde no logró consolidarse, pero su persistencia lo llevó a Portugal, un terreno fértil para su crecimiento. Allí pasó por el Estrela Amadora, Lusitania y el Portimonense, club en el que disputó 26 partidos y anotó cinco goles en la campaña 2024/2025.

Con ese bagaje llegó al Qarabag, institución azerbaiyana que confió en su talento y le dio minutos en la liga local. Sin embargo, lo que parecía un paso discreto terminó convirtiéndose en el trampolín que lo lanzó a la élite: marcar en Champions League.

El gol de Durán no solo fue un desahogo para su equipo, que resistía la presión de un Benfica dominante, sino también un símbolo de perseverancia. El delantero samario encarna la historia de tantos talentos que, ante la falta de espacio en el fútbol colombiano, se ven obligados a emigrar y luchar desde escenarios poco habituales hasta encontrar su oportunidad.

Para Colombia, su aparición representa un recordatorio de la calidad que sigue brotando en sus canteras, aunque muchas veces florezca lejos de casa. Para el Qarabag, significa contar con una carta ofensiva capaz de marcar en los escenarios más exigentes. Y para Durán, es la confirmación de que el camino que eligió, lleno de obstáculos y cambios de país, valió la pena.

Con este gol, el samario no solo se ganó el respeto de sus compañeros y la atención de la prensa internacional, sino que además dejó claro que su nombre empieza a escribirse en la historia de la Champions, donde las sorpresas también tienen acento colombiano.