El colombiano Brahian Palacios se colgó medalla en la final de la Copa Libertadores
Atlético Mineiro y Botafogo se vieron las caras en el mítico estadio Monumental, con un resultado que conmocionó al mundo del fútbol.
Atlético Mineiro y Botafogo se vieron las caras en el mítico estadio Monumental, con un resultado que conmocionó al mundo del fútbol.
En una noche sin precedentes para el fútbol carioca, Atlético Mineiro y Botafogo protagonizaron una final electrizante de la Copa Libertadores 2024, dejando emociones a flor de piel en el estadio Monumental de Buenos Aires. Sin embargo, no todos los protagonistas tuvieron su momento en el campo.
El colombiano Brahian Palacios, integrante de las filas del Mineiro, no estuvo entre los convocados y vio desde las gradas cómo su equipo cayó ante un Botafogo imparable, y a pesar de no haber tenido minutos en esta histórica final, Palacios se llevó, desafortunadamente, la medalla de subcampeón en una noche que marcó el primer título continental del ‘Fogao’.
OUR TIME HAS COME! IT’S BOTAFOGO TIME! WE ARE THE OWNERS OF AMERICA! WE DESERVE IT!!!!!!????? #TempoDeBotafogo pic.twitter.com/QeeISB3ayi
— Botafogo F.R. (@Botafogo) November 30, 2024
El partido, por su parte, comenzó con una acción que cambió el rumbo del juego desde el minuto inicial. Gregore, del Botafogo, fue expulsado tras una entrada imprudente sobre Fausto Vera, dejando a su equipo con un hombre menos casi todo el encuentro. Aunque se esperaba que Mineiro tomara la iniciativa, el equipo dirigido por Artur Jorge sorprendió con una actuación táctica impecable y golpes certeros que inclinaron la balanza.
Luiz Henrique abrió el marcador para Botafogo al minuto 35, aprovechando un rebote para desatar la alegría en su hinchada. Poco después, un penal revisado por el VAR tras una falta sobre el mismo Henrique permitió a Alex Telles ampliar la ventaja. Con un 2-0 antes del descanso, los cariocas se perfilaban como favoritos, mientras Mineiro buscaba respuestas desde el banquillo.
El técnico Gabriel Milito movió sus fichas y los cambios dieron frutos rápidamente. Apenas iniciando la segunda mitad, Eduardo Vargas acortó distancias con un cabezazo tras un tiro de esquina ejecutado por Hulk.
A partir de ese momento, Atlético Mineiro dominó el encuentro, generando múltiples ocasiones, pero fallando en la definición, incluida una clara oportunidad de Vargas en los minutos finales que terminó por encima del arco.
Botafogo, con una defensa sólida y contragolpes precisos, resistió los embates del Mineiro y selló su victoria en el tiempo añadido con un gol de Júnior Santos, que puso el 3-1 definitivo. Este tanto no solo sentenció el encuentro, sino que confirmó el histórico logro del club carioca: su primer título de Copa Libertadores.
Mientras Botafogo celebraba en grande, el Mineiro, con Palacios entre sus filas, lamentaba la oportunidad perdida. A pesar de la derrota, esta experiencia marca un capítulo importante en la carrera del colombiano, quien seguramente buscará nuevas oportunidades para brillar en el futuro.