Jugadores del Deportivo Pasto desafían a su presidente y exigen pruebas sobre apuestas

El ambiente en el Deportivo Pasto se convirtió en un auténtico polvorín. Lo que comenzó como una denuncia pública del presidente del club, Óscar Casabón, terminó en un choque frontal con sus propios jugadores, quienes respondieron con dureza y exigieron pruebas concretas sobre las acusaciones de apuestas deportivas y amaños de partidos.

Casabón, visiblemente molesto, había afirmado en rueda de prensa que algunos de los recientes resultados del equipo despertaban sospechas. Según él, ciertos comportamientos dentro del campo alimentaban la idea de que futbolistas estaban participando en apuestas ilegales. El dirigente incluso aseguró tener “pruebas suficientes” para llevar el caso ante la Fiscalía, aunque evitó mencionar nombres y se limitó a hablar de situaciones que calificó como “extrañas” en compromisos frente a Millonarios, Cali, Santa Fe y Boyacá Chicó.

El directivo aseguró que antes del partido contra América de Cali circuló la intención de irse al descanso con un 0-2 en contra, marcador que terminó siendo el definitivo del encuentro. Ese comentario fue la chispa que encendió la indignación de la plantilla, que decidió no quedarse callada.

Tras la derrota, los jugadores del Pasto comparecieron en bloque ante los periodistas. El uruguayo Facundo Boné fue el vocero y rechazó las declaraciones del presidente: “Si hay alguien apostando, que se presenten las pruebas. Nosotros mismos seremos los primeros en apartarlo del vestuario, pero no vamos a permitir que se ensucie a un compañero sin evidencias”.

El capitán Diego Martínez, entre lágrimas, defendió su trayectoria y aseguró que no permitirá que su nombre quede manchado tras dos décadas de carrera: “He dejado la vida por este club. Estoy dispuesto a cualquier investigación, pero no acepto que se me acuse sin pruebas”.

Joyce Esteban Ossa, señalado directamente en los rumores, también dio la cara: “Tengo familia y una carrera que he cuidado. No es justo que me impliquen sin fundamentos”. Mientras tanto, el lateral Santiago Jiménez apuntó a las consecuencias emocionales del episodio: “Nos rompieron como grupo. Estas acusaciones nos desestabilizaron y afectaron nuestra concentración”.

El cruce de versiones dejó en evidencia una fractura institucional seria. Por un lado, Casabón insiste en avanzar con la denuncia formal y sostiene que no se quedará callado. Por el otro, los jugadores exigen transparencia y reclaman respeto por su integridad profesional.

La tensión amenaza con trascender lo deportivo y abrir un debate más amplio sobre la vulnerabilidad del fútbol colombiano frente a las apuestas ilegales, un fenómeno que ya ha golpeado a otras ligas del mundo y que ahora tiene a Pasto en el ojo del huracán.