¿El papa Francisco sabía ‘cositas’? Reviven mensaje del sumo pontífice sobre América y Nacional

Luego de que el mundo entero recibiera con tristeza la noticia del fallecimiento del papa Francisco, en Colombia no olvidan el lado más humano del argentino Jorge Mario Bergoglio, quien además de ser un referente espiritual para millones, también un apasionado del fútbol, capaz de encontrar en este deporte un puente para el diálogo, la reflexión y la unidad.

Por ende, salió del baúl de los recuerdos cuando en septiembre de 2017, durante su visita apostólica a Colombia, el sumo pontífice ofreció un emotivo discurso en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Allí, rodeado de miles de fieles, hizo una inesperada pero poderosa referencia a dos históricos del Fútbol Profesional Colombiano: Atlético Nacional y América de Cali. Lejos de alimentar rivalidades, utilizó a los dos gigantes del balompié nacional como ejemplo de convivencia y encuentro entre jóvenes.

“Los jóvenes coinciden en muchas cosas: la música, el arte… y hasta en una final entre Nacional y América de Cali. Todo puede ser ocasión para estar juntos”, expresó el papa en aquella oportunidad, provocando sonrisas y aplausos entre los presentes.

En ese mismo mensaje, Francisco insistió en que los jóvenes pueden enseñar a los adultos el valor del respeto, reconociendo que, pese a las diferencias, todos formamos parte de algo más grande: una nación, una cultura, una fe.

Este gesto no pasó desapercibido, pues en un país donde el fútbol divide pasiones, que el máximo líder de la Iglesia Católica usara una rivalidad tan intensa como símbolo de unión, resultó profundamente significativo. Fue una lección para muchos fanáticos y un recordatorio de que los colores de una camiseta no deben ser motivo de enemistad, sino una oportunidad para compartir, dialogar y celebrar la diversidad.

De esta y muchas otras formas, el papa Francisco dejó una huella imborrable en Colombia, no solo por sus mensajes espirituales, sino también por su capacidad de acercarse al pueblo con ejemplos cotidianos. Su mención a Nacional y América trascendió el ámbito deportivo y se convirtió en un llamado a construir una “cultura del encuentro”, como él mismo lo decía, incluso en los espacios donde suelen primar las diferencias.

Hoy, al recordar sus palabras, el país honra no solo al líder religioso, sino al hombre que supo hablarle a los corazones a través del lenguaje universal del fútbol, un deporte que demuestra una vez más que es capaz de atravesar cualquier tipo de frontera.