Por: EFE • Colombia.com

Catar: ¡Demanda por 1.000 millones de dólares!

Catar anunció este lunes la apertura de un proceso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Arabia Saudí por piratear la señal del canal deportivo BeIN Sports y causarle pérdidas de 1.000 millones de dólares.

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Estadio Khalifa en Catar. Foto: AFP
Estadio Khalifa en Catar. Foto: AFP

Catar anunció este lunes la apertura de un proceso en la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Arabia Saudí por piratear la señal del canal deportivo BeIN Sports y causarle pérdidas de 1.000 millones de dólares.

BeIN Sports acusa a Arabia Saudí de "pirateo masivo apoyado por el Estado", por haber puesto a la venta unos decodificadores llamados BeoutQ que piratean la señal por satélite del canal catarí.

"Después de la suspensión de las relaciones diplomáticas con Catar en junio de 2017, Arabia Saudí inició una serie de medidas abusivas específicas contra la emisora global BeIN, con el objetivo de expulsar del mercado a la compañía con sede en Catar y de destruir sus inversiones en Arabia Saudí", dijo la emisora en un comunicado.

Además de duplicar la señal de BeIN Sports, Arabia Saudí prohibió la comercialización de sus servicios en el país, bloqueó todas las transacciones financieras de la empresa y el acceso a su página web y a su centro de atención telefónica, según la nota.

La compañía catarí aseguró que ha sufrido daños económicos que superan 1.000 millones de dólares y solicitó un resarcimiento completo por sus pérdidas.

En julio la FIFA anunció su intención de tomar acciones legales por el uso ilegal de la señal de emisión de los partidos del Mundial de Rusia por parte de BeoutQ, a la vez que solicitó su apoyo a las autoridades de Arabia Saudí.

A comienzos de julio, la Autoridad Pública de la Competencia de Arabia Saudí anunció que ha tomado medidas legales contra BeIN Sports por violar la ley de competencia en el reino y cometer una serie de prácticas monopolísticas.

La disputa por los derechos del fútbol se enmarca en la crisis diplomática entre Catar y cuatro países árabes, entre ellos Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin, que se mantiene abierta desde junio de 2017.

Esos cuatro países rompieron sus relaciones diplomáticas con Doha e impusieron además un bloqueo comercial al pequeño emirato, al que acusaron abiertamente de patrocinar el terrorismo.

En enero Egipto multó con 22 millones de dólares al presidente de BeIN en el país, Naser al Jalifi, por infracción de la ley de competencia y por monopolio.

Recordemos que el 5 de junio de 2017, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Doha.

Después de realizarse esta ruptura, los países vecinos decidieron como primera medida cerrar su espacio aéreo y sus puertos a aviones y barcos de Catar.

Estás medidas han afectado significativamente las operaciones de Qatar Airways, accionista de referencia del grupo International Airlines Group, pues tuvo que modificar sus rutas y hacer recorridos más largos para evitar el espacio aéreo de estas cuatro naciones.

Catar demandante y demandado

Para rematar, en la última semana, Amnistía Internacional (AI) denunció que una empresa de ingeniería que ha llevado a cabo la construcción de infraestructuras del Mundial de fútbol de Catar 2022 no ha pagado los salarios a sus empleados migrantes desde hace meses, dejándolos sin dinero.

La compañía Mercury MENA debe miles de dólares a los trabajadores de diferentes países que han trabajado para construir proyectos alrededor del estadio de Lusail en Catar, que acogerá la ceremonia inaugural y la final del primer Mundial en suelo árabe, aseguró AI en un comunicado.

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Entre octubre de 2017 y abril de 2018, AI entrevistó a 78 ex empleados de Mercury MENA oriundos de India, Nepal y Filipinas, a quienes la compañía les debe hasta 2.470 dólares.

"En 2017, el Gobierno de Catar fue aplaudido tras anunciar un programa de reformas laborales. Pero mientras se firmaba este acuerdo, decenas de empleados de Mercury MENA quedaron varados sin salario en un alojamiento miserable, preguntándose de dónde vendría su próxima comida y si lo harían", dijo el director adjunto del Programa de Asuntos Globales de la organización, Steve Cockburn.

El responsable aseveró que "muchos" empleados de Mercury MENA "terminaron trabajando sin salario durante meses y quedaron decepcionados por un sistema que no los protegió".

Además, instó a Catar a "ayudar a estos trabajadores migrantes a reconstruir sus vidas y demostrar que se toma en serio la mejora de los derechos de los trabajadores".

En respuesta al informe de AI, el Ministerio de Trabajo catarí afirmó en un comunicado que esta situación "no es tolerada por el Estado de Catar" y "actualmente se está llevando a cabo un procedimiento judicial contra Mercury MENA".

Así mismo, indicó: "Si bien Mercury MENA ya no opera en Catar, los asuntos legales continuarán y realizaremos una investigación completa. Abordaremos cualquier problema o violación existente y solucionaremos cualquier asunto restante".

En noviembre de 2017, AI habló con la empresa denunciada, que confirmó la existencia del retraso de pagos, aunque negó que sus trabajadores fueran explotados.

Desde ese momento, según la organización, Mercury MENA no ha contestado a ninguna de sus preguntas.

Catar alberga a casi dos millones de trabajadores migrantes, que representan aproximadamente el 95 por ciento de la mano de obra en el pequeño emirato árabe.

Aproximadamente el 40 por ciento, unos 800.000 de los trabajadores de Catar laboran en el sector de la construcción y muchos en eventos relacionados con el Mundial 2022.

Organizaciones que luchan por los derechos humanos han denunciado sistemáticamente el sistema de la "kafala" (de patrocinio), que se utiliza para mantener bajo control a los trabajadores inmigrantes.

El sistema otorga al empleador el rol de patrocinador de los trabajadores no calificados, lo que les hace responsables de su visado y situación legal en el país.