Luto en España por la muerte del impulsor de la "Roja"

El mundo del fútbol, en particular, y la sociedad española, en general, llora el primer día del mes de febrero la muerte del entrenador Luis Aragonés, ocurrida a primera hora de la mañana en la clínica Cemtro de la capital de España. 

Luto en España por la muerte del impulsor de la "Roja". Foto: EFE
Luto en España por la muerte del impulsor de la "Roja". Foto: EFE

El mundo del fútbol, en particular, y la sociedad española, en general, llora el primer día del mes de febrero la muerte del entrenador Luis Aragonés, ocurrida a primera hora de la mañana en la clínica Cemtro de la capital de España. 

Una clara coincidencia existe entre todos los que le conocieron y trabajaron con él, y entre los que, sin haber tenido un contacto tan directo, siguen el fútbol y saben de su trayectoria. Luis es el gran impulsor de un cambio histórico, el que llevó a la selección española a acabar con 44 años de desencantos, los que habían transcurrido desde 1964 hasta 2008.

El 29 de junio ese año, en el estadio Ernst Happel de Viena, Fernando Torres puso la guinda a la mutación española, habituada a las decepciones y fracasos, al anotar el tanto de la victoria ante Alemania, la diana que dio a España la Eurocopa.

Luis, que dirigió a la selección durante el periplo 2004-2008, fue el artífice de todo, el creador de la nueva "Roja", el inventor del juego de toque, que sustituía a la antigua furia.

Los Reyes y los Príncipes de Asturias encabezaron las condolencias con telegramas de pésame a la familia de Aragonés, en los que destacaron su amplia trayectoria como entrenador y seleccionador, así como su contribución al fútbol español.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también lamentó la muerte de una "gran personalidad humana y deportiva". Rajoy extendió su pésame, en su nombre y en el del Gobierno de España, a la familia y amigos del exentrenador y exfutbolista, así como a todos sus seguidores y admiradores.

El presidente recordó los hitos del que fue "un gran futbolista y entrenador" -como el "mítico gol" al Bayern de Múnich en la final de la Copa de Europa de 1974- y reconoció que "el sabio de Hortaleza" ha sido "clave en las extraordinarias páginas de éxito" que está escribiendo el fútbol español actualmente.

Su nombre, finalizó el presidente del Ejecutivo, "está asociado para siempre a la mejor leyenda" del deporte español y por ello es "admirado y recordado" por todos.

Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, dijo que lleva "en el corazón" a Luis Aragonés, y le llevará "siempre", al tiempo que destacó que le ha admirado como jugador y ha sido un seleccionador "extraordinario".

Vicente del Bosque, el encargado de tomar el relevo en el banquillo de la selección, a la que llevó luego al título Mundial en Sudáfrica 2010 y a otra Eurocopa en Polonia y Ucrania 2012, destacó que Luis Aragonés marcó el camino de "los éxitos de la selección española" y recordó que, cuando él asumió el cargo, nunca quiso "borrar ninguna huella de esos cuatro años magníficos" y explicó que "no" van "a olvidarle nunca".

Son algunos de lo innumerables testimonios de reconocimiento y condolencias que se han ido sucediendo a lo largo de la jornada, todos en la misma dirección.

Presidentes de clubes, entrenadores y futbolistas en activo han lamentado con sinceridad la pérdida de un referente. "Yo me quedaría con su honradez y profesionalidad", señaló Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid, y remarcó que "es un ejemplo para las futuras generaciones".

Florentino Pérez, presidente del club blanco, habló de Luis como "una figura legendaria" y el entrenador del equipo blanco, el italiano Carlo Ancelotti, cuyos jugadores guardaron un emotivo minuto de silencio en el campo de entrenamiento de Valdebebas antes de comenzar los ejercicios, se refirió a Aragonés como el creador de un estilo de fútbol en España.

Desde Barcelona tampoco se hizo esperar el pésame. Su presidente, Josep María Bartomeu, lamentó la muerte del exentrenador de quien dijo que "era uno de los grandes" del mundo del fútbol.

Desde la mayoría de los clubes llegaron telegramas a la Federación Española y al Atlético de Madrid, donde Luis Aragonés ejerció la mayor parte de su carrera deportiva, tanto de futbolista como de entrenador y donde, como él dijo en más de una ocasión, creció y se hizo hombre.

Por eso, en el Atlético ha causado una gran conmoción su fallecimiento. En la plantilla y cuerpo técnico actual y en ilustres veteranos que no pudieron reprimir las lágrimas cuando conocieron la triste noticia. Le ocurrió a Armando Ufarte y a Adelardo Rodríguez, así como a Miguel San Román. De ellos y de otros muchos más salieron palabras de duelo al recordar a su maestro.

Luis Aragonés falleció, a los 75 años, a la 6.15 de la mañana del 1 de febrero de 2014 en Madrid, aquejado de una leucemia. Había nacido en Hortaleza (Madrid) el 28 de julio de 1938.

Con 19 años jugó en Tercera con el Getafe y llamado la atención del Real Madrid, que, sin embargo, nunca encontró hueco para él en una plantilla llena de estrellas. Por eso le fue cediendo al Recreativo, Hércules, Úbeda, y lo recuperó para el Plus Ultra hasta que a finales de 1960 lo reclamó el Real Oviedo. De allí pasó al Betis en 1961 y en 1964 al Atlético de Madrid.

Con los rojiblancos militó hasta 1974 y en noviembre de ese año se convirtió en entrenador, cargo que también ostentó en el Betis, Barcelona, Espanyol, Valencia, Sevilla, Oviedo y Mallorca. Y fuera de España, en el Fenerbahce turco, después de hacerlo con la selección española. 

Aquí algunas de sus frases:

"No pasa nada, queda un segundo partido, no quiero caras tristes", les dijo Luis Aragonés a unos compañeros desconsolados en el vestuario del estadio de Heysel (Bruselas) la noche del 15 de mayo de 1974, después de que Schwarzenbeck igualase en el minuto 119 el tanto del "Zapatones" en el 114 (1-1) y que dejaba al Atlético sin una Copa de Europa que ya acariciaba con las manos.

Fue Luis, autor de un tanto glorioso, de golpe franco, seguramente el más recordado en la historia del club rojiblanco, el único que mantuvo la calma después. Aragonés llevó el éxtasis a la afición después de batir con maestría a Sepp Maier, del Bayern Múnich, mejor cancerbero del mundo en esos momentos. Luis trazó una parábola con el balón que dejó boquiabiertos a todos. A los muniqueses de incredulidad y a los rojiblancos de felicidad, aunque fuese momentánea.

Aragonés, que meses después pasaría a ser entrenador del Atlético, dio una lección de serenidad a sus compañeros. Ninguno de los que allí estuvieron lo olvidará nunca. No se ganó el segundo partido, disputado dos días después en el mimo escenario, pero Luis dejó para la posteridad sus dotes, tanto de enorme futbolista, como de una personalidad de iguales dimensiones.

Arisco en el primer contacto, pero cariñoso y entrañable cuando se le conocía, muchas de sus frases han quedado grabadas para siempre. Estas son algunas:

"Les voy a decir una cosa, hemos perdido, pero el próximo partido tenemos que ganar como sea. Y les voy a decir otra cosa, no quiero a nadie en el hotel. Váyanse todos por ahí a tomar algo". (Después de perder un partido en Las Palmas con el Atlético 3-0)

"Le voy a meter el dedo en el culo"

"Hoy voy a salir yo. Voy a tomar algo esta noche", Peinándose en el vestuario del Atlético para que lo escuchasen sus jugadores y no saliesen ellos por si los descubría.

"Yo tengo sesenta y tantos años y no me sale, pero aquí está Marina (segundo entrenador) que les va a enseñar", ensayando el disparo de faltas en un entrenamiento. "¿Ven?, pues este no tenía ni puta idea. A éste e he enseñado yo", después de marcar Marina una.

"Yo no necesito más amigos, ya conozco a mucha gente"

"Salgan y cómanselos. Entiendo mucho de esto y es nuestra oportunidad, la de darles en su propia casa. Hay 50.000 de los nuestros ahí fuera que sólo quieren una victoria". A sus jugadores antes de la final de la Copa del Rey de 1992 ante el Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu.

- "Me gusta más el mote de Zapatones que el de Sabio porque no sé nada".

"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja".

"Forman ustedes un grupo excepcional. Si no llego a la final con este grupo es que soy un mierda, he organizado una mierda de equipo".

"Máteme usted pero no me mienta".

"Dígale de mi parte a ese negro que usted es mejor que él".

"A mí me van a dar un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba"

"Tengo un amigo japonés que es sexador de pollos".

"Al Rey lo conozco de cuando era Príncipe y tengo una anécdota con él. Una vez me entregó la medalla de oro deportiva y yo le dije: Rey, no sería mejor que nos diera un poco de dinero mensualmente. Y cada vez que le veo le pregunto: ¿cómo va lo nuestro? Y me responde: lo nuestro va bien pero sigue como está".

"Ganar, ganar, ganar, ganar, ganar, ganar, ganar, ganar, ganar y ganar, eso es el fútbol"

"Digo más veces vete a tomar por culo que buenos días".

"Las finales no se juegan, se ganan". EFE.