Falcao, un jugador de otra galaxia que sueña con ser el rey de Europa

El colombiano, que hará pareja de ataque con Hulk en la final ante el Braga, espera ampliar su record como máximo goleador histórico.

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El colombiano, que hará pareja de ataque con Hulk en la final ante el Braga, espera ampliar su record como máximo goleador histórico.

La velocidad y potencia de Hulk y el olfato goleador de Falcao son los principales pilares ofensivos del Porto, un conjunto que privilegia los ataques vertiginosos antes que la posesión de balón. 

El colombiano y el brasileño, las grandes estrellas del Porto, se enfrentarán este miércoles a la disciplina y el rigor táctico del Braga, el mata-gigantes europeo que sobresale por su intensidad defensiva. 

Aguerrido y solidario, el conjunto bracarense se empleará a fondo para anular a la voraz pareja atacante de "los dragones", que suma 72 goles en todas las competiciones oficiales, en lo que va de la temporada.

Falcao, de 24 años y con treinta y siete goles en 41 partidos -17 de ellos en la Liga Europa, en la que es el máximo goleador- , ha demostrado ser un jugador de otra galaxia. 

Excelente rematador, tanto de cabeza como con ambos pies, es rápido, ágil, oportuno y aguerrido y además ofrece espacios para la incorporación al ataque de los hombres del centro del campo. 

A pesar de que su estatura (1,77 metros) no corresponde a la del ariete promedio, ha hecho de su capacidad de salto la mejor arma para adelantarse a sus marcadores, tal y como hacía el ex futbolista chileno Iván Luis Zamorano. 

Ex delantero del River Plate, emigró a Argentina de adolescente, donde le conocían como "El Tigre", y dio el salto a Europa hace dos años, cuando aterrizó en Porto para suplir al argentino Lisandro López, misión que ha cumplido con creces. 

Falcao, nombre que le dio su padre para homenajear al mítico jugador brasileño de nombre homónimo de la década de los 80, está también en la agenda de los grandes de Europa, entre los que se cita al Real Madrid. 

Su cláusula, de 30 millones de euros (42,3 millones de dólares), es más asequible que la de su socio Hulk. 

Givanildo Vieira de Sousa, o Hulk, por su parecido con el fortachón personaje de la factoría de cómics, irrumpió en el fútbol portugués hace tres temporadas como uno de los extremos más desequilibrantes de los últimos veinte años. 

A pesar de llegar de puntillas del exótico fútbol japonés en agosto de 2008 -el Oporto pagó al Tokyo Verdy 5,5 millones de euros (7,7 millones de dólares)- se erigió en una de las indiscutibles figuras de Portugal después de unos meses de adaptación. 

A sus 24 años, Hulk ha completado además un proceso de aprendizaje en el que comprobó que rendía más cuando jugaba en equipo que con aventuras individuales. 

Internacional brasileño desde 2009, presume de un fuerte disparo a media y larga distancia y es peligrosísimo cuando encara a los rivales con espacio por su tremendo poder de arrancada. 

El extremo zurdo es especialista en lanzar faltas y penaltis y cambia de banda en función de las necesidades del equipo: entra por la izquierda para dar profundidad o por la derecha si se opta por un ataque sin rodeos. 

La temporada de récord del delantero -ha anotado 35 goles en 51 partidos y es el máximo anotador de la Liga lusa con 23 dianas- ha levantado el interés en varios grandes europeos. Sin embargo, el Porto siempre se ha remitido a la cláusula del jugador: 100 millones de euros (141 millones de dólares). 

Ambos jugadores se toparán con el denso esquema del Braga. Desde el brasileño Lima, el delantero centro, hasta el portero y compatriota Artur Moraes, todos defienden en el equipo de Domingos Paciencia. 

"Los guerreros del Miño", apelativo por la garra de sus jugadores y por el río que atraviesa la ciudad de Braga, desactivan a sus rivales con movimientos sincronizados que ahogan los espacios de los delanteros rivales. 

A pesar de no contar con jugadores consagrados internacionalmente, el Braga tiene en su defensa a los más destacados de su humilde plantel. 

El brasileño Artur Moraes, ex del Cruzeiro y Roma, es un sobrio e imponente guardameta de1,92 metros; el peruano Alberto "el mudo" Rodríguez se caracteriza por su rapidez en el corte y fuerza física; y el internacional luso Sílvio es un polivalente lateral incisivo en ataque y sólido en defensa. 

Otros futbolistas, como los experimentados Vandinho o Custodio, dan músculo al asfixiante sistema defensivo del Braga, verdugo de gigantes europeos como el Celtic de Glasgow, el Sevilla, el Liverpool, el Dinamo de Kiev y el Benfica.

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