¿Cuánto puede durar un gato sin comer? Esto dicen los expertos
Los felinos son animales muy fuertes e independientes; sin embargo, pasar largos periodos de tiempo sin comer puede afectar tu salud.
Los felinos son animales muy fuertes e independientes; sin embargo, pasar largos periodos de tiempo sin comer puede afectar tu salud.
Los gatos son animales muy curiosos y poseen una naturaleza fascinante. Aunque tienen la fama de ser muy independientes, realmente necesitan mucho amor y cuidados especiales. Entre los cuidados que necesitan los felinos están las vacunas, desparasitaciones, espacios de juego y una adecuada alimentación. Este último punto es clave para conservar su salud, peso óptimo y bienestar.
Un gato con poco o nada de apetito, es un gato enfermo. Si te preocupa que tu mascota no esté comiendo lo suficiente y te preguntas cuál es el tiempo máximo que puede durar sin comer sin afectar su salud o desarrollar enfermedades, a continuación te compartimos la opinión de expertos.
De acuerdo con la reconocida marca de alimentos para animales Purina, los gatos en promedio pueden durar 24 horas sin consumir ningún tipo de alimento. Pasado este tiempo, el organismo comienza a deteriorarse.
“En teoría, los gatos pueden sobrevivir 1 o 2 semanas sin comida, siempre que tengan agua. Sin embargo, cualquier período que supere las 24 horas es motivo de preocupación. Los gatos se debilitarán de manera significativa mientras más tiempo pase sin que reciban suficiente nutrición”, explican los especialistas.
En cuanto al tiempo que pueden vivir sin tomar agua, se cree que oscila entre 2 o 3 días; no obstante, después de las 24 horas comenzarán un proceso de deshidratación que puede empeorar su estado de salud.
“La deshidratación provoca estrés en sus órganos, lo que puede dar lugar a otras complicaciones como la insuficiencia orgánica. Los gatos deben tener acceso a agua dulce todos los días”, añaden.
Entre las razones comunes por las cuales un gato no ingiere alimentos ni bebe agua por voluntad propia están: enfermedades dentales, problemas gastrointestinales, enfermedades renales, infecciones, enfermedades virales, dolor, envenenamiento, estrés, depresión y cambios en la comida o comida en mal estado.