Conoce a los Toyger, los gatos que son creados en un laboratorio

En el mundo hay una gran variedad de gatos, pues existen una gran cantidad de tamaños y colores en este tipo de felinos, según su raza. No obstante, una mujer no quiso conformarse con uno de los ya existentes, por lo que decidió crear su propia raza.

Y es que, para nadie es un secreto que para las personas más adineradas, hasta las mascotas se convierten en un artículo que debe demostrar lujo y ostentosidad, por lo que cada vez es más común ver personalidades del mundo del espectáculo o individuos que se caracterizan por tener un gran capital presumiendo sus animales exóticos.

En este caso se trata de Judy Sugden, una mujer que quiso perfeccionar en los años 80 el legado de su madre, quien a su vez fue la creadora de los gatos Bengal, creando una nueva raza de gatos en un laboratorio, buscando que tuvieran características similares a las de un tigre.

Sugden, una arquitecta de profesión, estaba decidida a construir un animal doméstico a partir de la fusión entre un gato y un tigre, resaltando muchas de las cualidades de esta última especie pues tendría “orejas diminutas y redondas, una nariz ancha y una panza blanca”.

Para ello, se dirigió a la india en búsqueda de un gato callejero que cumpliera con los rasgos que necesitaba; finalmente, cumplió su cometido, pues halló un pequeño felino al que llamó Jammu Blu, y al que posteriormente llevó a California, según cuenta a The New York Times.

El Toyger, que pesa aproximadamente 4,5 kilos es un animal muy exclusivo, no solo por sus características completamente diferentes a cualquiera de su misma especie y por su atractivo aspecto de tigre, sino porque tiene un gran precio en el mercado, llegando hasta los 5.000 dólares, un precio similar al de un tigre de verdad en Estados Unidos. 

En 2007 la Asociación Internacional de Gatos (TICA) declaró que esta era una raza de gato para competencia, sin embargo, en algunas ciudades de Estados Unidos estos animales son completamente ilegales.

Se necesita un contrato

El distintivo de su raza se busca mantener mediante la firma de un contrato entre el criador y la persona que desea adquirirlo, en este, dicho individuo se compromete a castrarlo, a permanecer siempre con él, a jamás enviarlo a un refugio ni abandonarlo, y hasta aceptar una “cláusula de devolución incondicional de por vida”. 

Al respecto, su creadora se defiende de quienes critican su decisión de crear este felino en un laboratorio comparándolo con una de las obras de Leonardo da Vinci. Por su parte, un criador de esta raza afirma que es positivo pues con él se puede “satisfacer la curiosidad humana de lo exótico, sin tener un exótico”.