¿Puede tomar leche mi gato?: estos son los riesgos de darle leche de vaca a los felinos

Los gatos son seres sumamente inteligentes e intrigantes, cada uno tiene una personalidad única. Aunque algunos llevan un estilo de vida más sedentario y no les llama la atención explorar el mundo, hay otros que son mucho más curiosos y sienten un gran deseo de conocer lo que hay afuera de su hogar.

Sea cual sea el caso, la alimentación juega un papel muy importante para conservar su salud, tanto si es muy activo, como si prefiere pasar horas durmiendo en el sofá o encima de la cama. 

La diferencia está en los requerimientos nutricionales que cada uno tiene, ya que si tu felino es sedentario necesitará una comida muy saludable y balanceada baja en grasas para evitar la obesidad, mientras que si es activo requerirá una gran cantidad de nutrientes para mantener su energía. 

Seguramente te preguntarás qué tipo de comida es mejor para tu felino, pues hoy en día existen una gran cantidad de opciones en el mercado; sin embargo, respuesta a esta pregunta es muy subjetiva. La recomendación de los expertos en cuanto a nutrición felina es que su alimentación debe basarse en el consumo de proteínas animales; es decir, que debes escoger una purina cuyo primer ingrediente sea la carne. También puedes optar por la alimentación BARF.

Pero más allá de la purina, hay otros alimentos que son un sí y un no rotundos para los felinos. Por ejemplo, puedes complementar su alimentación con verduras cocinadas como la zanahoria, el calabacín y el brócoli, que son una gran fuente de vitaminas. 

Por otro lado, debes evitar a toda costa alimentos tóxicos o nocivos como el chocolate, las uvas pasas, la cebolla y el ajo, los huevos crudos, las bebidas alcohólicas y con cafeína, los lácteos y alimentos diseñados específicamente para perros. 

Aunque en la cultura popular hemos visto escenas de gatos disfrutando de un platito de leche, la realidad es que darle leche de vaca a tu minino puede ser perjudicial. A continuación te explicamos el porqué. 

1. Causa problemas digestivos: según expertos de Almanimal, la lactosa presente en la leche de vaca no es bien tolerada por los gatos. A medida que crecen, pierden la capacidad de digerirla, lo que los puede llevar a sufrir de diarrea, gases y dolor de estómago. 

2. Tiene una composición diferente: el mismo medio señala que la leche de vaca tiene una composición distinta a la de los gatos, pues tiene más grasa y menos lactosa. Esto puede afectar su crecimiento y salud. 

3. Desarrollo de intolerancia: pese a que algunos gatos que conviven con personas siguen consumiendo leche, con el tiempo pueden desarrollar intolerancia a la lactosa. Los síntomas de esta patología incluyen vómitos, hinchazón abdominal y diarrea.