El milagro que convirtió a José Gregorio Hernández en santo: salvó a una niña desahuciada
José Gregorio Hernández fue canonizado por el Papa Francisco el pasado martes.

José Gregorio Hernández fue canonizado por el Papa Francisco el pasado martes.
En la mañana del pasado martes 25 de febrero, el Papa Francisco firmó desde el hospital la canonización del beato José Gregorio Hernández, conocido como el médico de los pobres. Esta figura religiosa es reconocida por sus milagros de curación de los enfermos. La noticia ha alegrado a devotos y fieles quienes creen en su poder de sanación.
José Gregorio Hernández fue un médico venezolano que en vida se dedicó al servicio de los que no tenían los recursos para acceder a la atención médica, también sirvió como consuelo espiritual a sus pacientes.
Tras su muerte en 1919 a causa de un accidente de tránsito, son muchos los milagros que se le han atribuido, pero hubo uno en especial por el cual la iglesia católica decidió otorgarle la beatificación. Se trata de la salvación de una niña que había sido desahuciada.
En marzo de 2017, una niña venezolana de 10 años llamada Yaxury Solórzano fue víctima de un ataque armado en el estado Guárico. La menor caminaba junto a su padre cuando un grupo de delincuentes intentaron asaltarlos. En medio de la disputa, recibió un disparo en la cabeza que le causó un grave traumatismo craneoencefálico.
Tras este hecho, Yaxury fue trasladada a un centro asistencial, donde los médicos informaron a sus padres que tenía pocas posibilidades de sobrevivir y que, en caso de hacerlo, quedaría con graves secuelas neurológicas, como pérdida de visión y movilidad.
Desesperada, la madre de la menor decidió invocar a José Gregorio Hernández, orando por la recuperación de su pequeña hija. Para sorpresa de todos, al cabo de unos días Yaxury se recuperó de forma inexplicable.
La menor salió del hospital hablando y caminando perfectamente, como si nunca hubiera recibido un impacto de bala en la cabeza. Los médicos no lograron explicar su mágica recuperación y cómo fue que no quedó con ninguna secuela.
Al darse a conocer el misterioso caso, los médicos del Vaticano decidieron iniciar una investigación. Los especialistas analizaron minuciosamente la historia recopilando exámenes médicos y testimonios, llegando a la conclusión de que, en efecto, había sido un milagro atribuido a José Gregorio Hernández.