Por: Camila Méndez Sastoque • Colombia.com

Científicos exploran el impacto que formó la Luna y transformó la Tierra

Investigaciones recientes, donde se utilizaron simulaciones avanzadas, revelan que la Luna pudo formarse a partir de una colisión masiva hace 4.500 millones de años.

Foto: Freepik
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Investigaciones recientes, donde se utilizaron simulaciones avanzadas, revelan que la Luna pudo formarse a partir de una colisión masiva hace 4.500 millones de años.

La existencia de la Luna, el Sol, los planetas y demás elementos espaciales han sido de gran incógnita para el ser humano y a pesar de que se tienen algunas idea de cómo se formó el sistema solar, aún son muchas las preguntas e investigaciones que se siguen realizando.

La Luna ha sido uno de los cuerpos celeste que ha tenido estudios en los últimos tiempos y es materia que sigue en estudio para definir de dónde pudo surgir este satélite. Según científicos, han indagado en las profundidades de África occidental y el océano Pacífico, en masas a 2.900 kilómetros de profundidad, en las grandes provincias de baja velocidad, las cuales hace unos 4.500 millones de años pudieron formar la Luna.

Estas investigaciones darían nuevas pistas sobre el interior del planeta Tierra y la evolución que ha tenido en el sistema solar, estos análisis se llevaron a cabo con métodos computacionales de dinámica de fluidos que iniciamos en el Observatorio Astronómico de Shanghai (SHAO) de la Academia de Ciencias de China y fue publicado en Nature.

Según las generaciones de científicos han definido que durante la etapa de crecimiento del planeta Tierra, hace 4.500 años, se produjo una colisión masiva entre Tierra primordial (Gaia) y un protoplaneta del tamaño de Marte conocido como Theia por lo anterior, se cree que este choque formó diversos escombros.

Según las simulaciones, se cree que la Luna heredó material de Theia y la Tierra el material de Gaia, por ende deberían tener composiciones diferentes; sin embargo, más adelante, con mediciones, se piensa que estos dos elementos tienen muchos componentes en común, lo cual llega a desafiar la formación de la Luna.

De esta manera, se desarrolló un nuevo método de dinámica de fluidos computacional llamado Masa Finita sin Malla (MFM), que sobresale en modelar con precisión la turbulencia y la mezcla de materiales, donde se generan impactos con composiciones y estados diversos.

En conclusión de estas investigaciones, se ha podido inferir la composición material y dinámica orbital entre la Tierra primordial, Gaia y Theia, llegando a limitar la historia de la formación del sistema solar.