Hombre finlandés recibió trasplante de dos brazos en Francia

La ciencia médica no deja de asombrarnos con sus avances y porque realiza procedimientos que en otro tiempo parecerían sencillamente imposibles, pero para un equipo de galenos franceses, realizar misiones de extrema complejidad es el reto que alienta su trabajo diario.

En la ciudad de Lyon, Francia, se realizó un procedimiento de trasplante de brazos, una complicada intervención que no se realiza casi que con ninguna frecuencia en el mundo y que tuvo a un hombre de 48 años como su principal beneficiario.

El hombre que tiene ahora una segunda oportunidad en la vida es Felix Gretarsson, un electricista de Finlandia que sufrió un accidente en el año de 1998, cuando contando con la edad de 25 años perdió sus extremidades superiores al recibir la descarga de un cable de alta tensión.

Gretarsson recibió el trasplante a nivel de los hombros en una delicada intervención que tuvo 15 horas de duración y que no tenía registro en Francia, y aunque el paciente afirmó que las primeras 24 horas con sus brazos nuevos sintió un dolor terrible, dijo sentirse bien y confía en que las cosas mejoren aún más.

El encargado de realizar esta difícil operación fue el doctor francés de la ciudad de Lyon, Jean-Michel Dubernard, quien había realizado el primer trasplante de mano en el mundo y que luego de varios años de espera y estudios se encargó de esta hazaña médica y científica de trasplantar las extremidades superiores a una persona que las había perdido.

El electricista que sufrió la pérdida de sus brazos luego de la descarga eléctrica estuvo 3 meses en coma debido a la gravedad del accidente y además le fue trasplantado el hígado, pero en el año de 2007 se enteró de que una de las autoridades en el mundo de los trasplantes, Jean-Michel Dubernard se encontraba en la capital finlandesa, Reykjavik dando unas conferencias y decidió contactarlo.

Felix Gretarsson decidió junto a su esposa radicarse en Francia para desde allí estar más cerca del galeno y convencerlo de tomar su caso, y hoy en una cama del hospital Edouart Herriot, se encuentra satisfecho y afirma que los brazos que le fueron implantados son parecidos a los que tuvo antes.

Aunque a pesar de que lo asiste un equipo especializado de reeducación física y rehabilitación neurología, es posible que no puedan sus brazos tener una completa movilidad, pero este hombre y su fe lograron el primer y gran paso de obtener el trasplante, y con la misma esperanza espera que sus brazos sean aceptados por su cuerpo y pueda utilizarlos como si siempre hubiesen estado con él.