Un químico común puede ayudar a almacenar energía de fuentes renovables
El dióxido de titanio (TiO2), una sustancia química comúnmente utilizada en las industrias, puede ayudar a almacenar la energía producida por fuentes renovables, según un estudio publicado hoy en Australia.
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El dióxido de titanio (TiO2), una sustancia química comúnmente utilizada en las industrias, puede ayudar a almacenar la energía producida por fuentes renovables, según un estudio publicado hoy en Australia.
Esta sustancia que se usa, por ejemplo, como pigmento blanco en pastas de diente, plásticos o bloqueadores solares, puede servir para la construcción de dispositivos de almacenamiento de energías renovables, según la químico Yun Liu de la Universidad Nacional Australiana.
Las fuentes renovables, como la solar o eólica, producen electricidad intermitentemente, por lo que su integración a la red eléctrica supone un gran reto, explicó la investigadora a la cadena local ABC.
Pero el almacenamiento de esta energía, con ayuda de esta sustancia química, podría contribuir a equilibrar la cantidad de energía que alimenta a la red, agregó la científica.
Liu y sus compañeros han intentado durante varios años hallar el material perfecto para incluirlo en los condensadores eléctricos, unos dispositivos pasivos que se utilizan para almacenar energía.
Para ello, los científicos propusieron construir estos condensadores mediante la separación de dos electrodos metálicos con un aislante (material dieléctrico).
"Si se separan dos monedas con un pedazo de papel ya se tiene un condensador eléctrico, aunque el papel tiene una mínima capacidad de almacenamiento de energía", explicó Liu.
La químico australiana explicó que su equipo buscaba un material que tenga tres características: una constante dieléctrica muy elevada para que pueda almacenar mucha energía, una baja pérdida dieléctrica para no desperdiciarla y la capacidad de resistir una gran gama de niveles de temperatura.
Hallar este material no fue fácil porque generalmente éstos podían tener una gran constante dieléctrica, pero adolecían de la capacidad de evitar la pérdida de energía o de resistir a diversas temperaturas.
Tras cinco años de trabajo, el equipo científico conformado también por Ray Withers, descubrió que el también llamado óxido de titanio, manipulado a nivel molecular, cumple con todos los requisitos.
"Es un sueño hecho realidad", acotó la científico de la universidad australiana, quien consideró que este material que se encuentra en estado natural en todo el mundo también puede ser utilizado en vehículos eléctricos y tecnología militar y espacial.
"Es un material simple y abundante y Australia actualmente domina el mercado" exportador de este producto, acotó Liu, quien espera trabajar pronto en las aplicaciones del dióxido de titanio. EFE
Las fuentes renovables, como la solar o eólica, producen electricidad intermitentemente, por lo que su integración a la red eléctrica supone un gran reto, explicó la investigadora a la cadena local ABC.
Pero el almacenamiento de esta energía, con ayuda de esta sustancia química, podría contribuir a equilibrar la cantidad de energía que alimenta a la red, agregó la científica.
Liu y sus compañeros han intentado durante varios años hallar el material perfecto para incluirlo en los condensadores eléctricos, unos dispositivos pasivos que se utilizan para almacenar energía.
Para ello, los científicos propusieron construir estos condensadores mediante la separación de dos electrodos metálicos con un aislante (material dieléctrico).
"Si se separan dos monedas con un pedazo de papel ya se tiene un condensador eléctrico, aunque el papel tiene una mínima capacidad de almacenamiento de energía", explicó Liu.
La químico australiana explicó que su equipo buscaba un material que tenga tres características: una constante dieléctrica muy elevada para que pueda almacenar mucha energía, una baja pérdida dieléctrica para no desperdiciarla y la capacidad de resistir una gran gama de niveles de temperatura.
Hallar este material no fue fácil porque generalmente éstos podían tener una gran constante dieléctrica, pero adolecían de la capacidad de evitar la pérdida de energía o de resistir a diversas temperaturas.
Tras cinco años de trabajo, el equipo científico conformado también por Ray Withers, descubrió que el también llamado óxido de titanio, manipulado a nivel molecular, cumple con todos los requisitos.
"Es un sueño hecho realidad", acotó la científico de la universidad australiana, quien consideró que este material que se encuentra en estado natural en todo el mundo también puede ser utilizado en vehículos eléctricos y tecnología militar y espacial.
"Es un material simple y abundante y Australia actualmente domina el mercado" exportador de este producto, acotó Liu, quien espera trabajar pronto en las aplicaciones del dióxido de titanio. EFE
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