Día de los Ángeles Custodios: poderosa oración para invocarlos y pedir su protección física y espiritual
Este 2 de octubre se celebra el Día de los Ángeles Custodios; descubre la oración para invocar su protección física y espiritual.

Este 2 de octubre se celebra el Día de los Ángeles Custodios; descubre la oración para invocar su protección física y espiritual.
Los santos Ángeles Custodios son seres espirituales que tienen como misión principal la protección de los humanos. La Biblia católica menciona en varios versículos a estos seres acompañando al pueblo de Dios en sus batallas. “Yo enviaré un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que te he preparado”, dice el libro de Éxodo 23:20 refiriéndose al Ángel de la Guarda.
Según la tradición cristiana, cada individuo tiene asignado un ángel desde su nacimiento para protegerlo, guiarlo, acompañarlo, interceder y advertir en situaciones de riesgo.
Se consideran compañeros invisibles que nunca abandonan a las personas. Además, son mensajeros de Dios que acercan a los seres humanos al plano espiritual. Su existencia recuerda la importancia de la oración, la confianza y la esperanza.
Cada 2 de octubre la Iglesia Católica celebra el Día de los Ángeles Custodios. Esta fecha es una invitación a recordar que nunca caminamos solos y que siempre contamos con su guía divina.
A través de la oración, los fieles buscan fortalecer su vínculo con estos mensajeros celestiales. A continuación te compartimos una poderosa oración de la web La Tienda de Lourdes para invocarlos y manifestar su acompañamiento.
Oración a los santos Ángeles Custodios
Oh Santos Ángeles Custodios, criaturas celestiales enviadas por Dios para velar por cada uno de nosotros, en este bendito día 2 de octubre, nos dirigimos a vosotros con humildad y gratitud. Vosotros, que sois mensajeros del amor divino, protectores incansables y guías luminosos en nuestro viaje por la vida, os damos las gracias por vuestra presencia constante a nuestro lado.
San Ángel de la Guarda, tú eres la expresión de la solicitud de Dios, el amigo fiel que el Señor me ha dado para velar por mi alma y mi cuerpo. Me acompañas en cada momento de mi vida, ya sea en la alegría o en la tristeza, y siempre estás ahí, invisible pero presente, con infinita ternura. En este día dedicado a ti, quiero agradecerte de todo corazón tu protección silenciosa pero inquebrantable.
Oh fiel guardián, te confío todos mis miedos, dudas y ansiedades. Que tus alas protectoras me cubran de paz y me alejen de los peligros que me acechan, ya sean visibles o invisibles. Ayúdame a permanecer fiel al camino de Dios, a escuchar la voz de mi conciencia y a seguir las inspiraciones que susurras en mi interior, dirigiéndome siempre hacia el bien y la verdad.
Tú, mi protector, que caminas a mi lado desde mi nacimiento hasta la hora de mi muerte, sé mi baluarte contra el mal, guía mis pasos hacia la luz e inspírame siempre a buscar lo que es justo, verdadero y bueno a los ojos de Dios. Oh Ángel de Dios, compañero celestial, cuida de mi alma, para que permanezca pura y fiel al Señor.
En esta fiesta sagrada, te pido que intercedas por mí ante el Altísimo. Lleva mis oraciones ante su trono de misericordia y pídele que me llene de sabiduría, fortaleza y fe. Ayúdame a reconocer la presencia divina en los acontecimientos de mi vida, a discernir las pruebas como oportunidades de crecimiento espiritual y a no perder nunca la esperanza, ni siquiera en los momentos más oscuros.
Santo Ángel de la Guarda, también te confío a mis seres queridos. Protégelos, guíalos y apóyalos. Que todos sientan la dulzura de tu presencia y la fuerza de tu protección. Aleja de ellos las tentaciones del mal, e inspíralos a volverse siempre hacia Dios con un corazón humilde y confiado.
O Santos Ángeles Custodios, vosotros que estáis tan cerca de la Santísima Trinidad, interceded por nosotros ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que vuestras oraciones incesantes nos obtengan la gracia de permanecer fieles a la voluntad de Dios en todas las cosas. Que tus ojos, siempre vueltos hacia la luz divina, iluminen nuestras almas, para que caminemos confiados por la senda de la salvación.
Amén.