Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Cántico de San Zacarías: oración para agradecer la ayuda de Dios

Cuando tus peticiones hayan sido atendidas por Dios, debes rezar una oración dedicada a Él para agradecer; te enseñamos una adaptada del cántico de San Zacarías.

Reza esta oración de agradecimiento cuando tus peticiones hayan sido atendidas. Foto: Shutterstock
Reza esta oración de agradecimiento cuando tus peticiones hayan sido atendidas. Foto: Shutterstock

Cuando tus peticiones hayan sido atendidas por Dios, debes rezar una oración dedicada a Él para agradecer; te enseñamos una adaptada del cántico de San Zacarías.

San Zacarías, a quien se le conmemora el 6 de septiembre, fue un profeta y a él se le conoce por el popular cántico ‘Benedictus’, cuando Dios escuchó sus plegarias y le concedió el milagro de tener un hijo, aun cuando su esposa era estéril.

Si tienes una situación a la que se ha dado solución o tus plegarias específicas se han escuchado y atendido, puedes rezar esta oración de agradecimiento a Dios, adaptada por el portal ‘Good News Ministries’; puedes hacerla solo o en comunidad.

Oración para agradecer

Bendito sea el Señor, el Dios de Israel porque ha visitado y rescatado a su pueblo. Él me ha visitado (a nosotros) en (nombra una situación reciente gozosa o difícil) y estoy (estamos) agradecido(s) que me (nos) ha dado la libertad y la victoria.

Me (nos) ha dado una fuerza de salvación de la casa de David, su servidor. Me (nos) ha revelado su poder y nuestra casa le servirá; Yo (nosotros) dedico esta familia al niño Cristo y le pido que nos bendiga con unidad.

Como prometió por boca de los santos, los profetas de la antigüedad: salvación de nuestros enemigos y de las manos de los que nos odian. Ha mostrado su poder amoroso en mis (nuestras) dificultades, y yo (nosotros) le damos gracias, con corazones agradecidos, especialmente por (nombra la situación reciente gozosa o difícil).

Tuvo misericordia de nuestros padres y recordó el santo pacto que hizo, el juramento que hizo a Abrahám, nuestro padre: que nos libraría del temor y de nuestros enemigos, para que le sirvamos devotamente, todos nuestros días, siendo santos en su presencia.

Nos ha mostrado su amor por el mundo haciéndose uno con nosotros, nacido en aquella primera Navidad en la humildad de un niño para traernos la Buena Nueva de la vida santa, y para morir por nosotros, liberándonos del poder de nuestros pecados, y liberándonos de (nombra la situación reciente gozosa o difícil).

Nos libró del temor y nos liberó del enemigo; podemos servirle devotamente y ser santos en su presencia. En Él no tememos nada; en Él viviremos por siempre en el cielo, en paz, en gozo y en amor; y yo (nosotros) elijo servirle aquí en la tierra, a imitación del humilde Cristo niño.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar caminos rectos para él, enseñando a su pueblo la salvación cuando sean perdonados por sus pecados. Oh Señor, hazme también tu profeta. Dedico mi vida a ti, mis días y mis horas, para preparar el camino delante de ti en los corazones de aquellos a quienes sirvo en mi casa, en mi parroquia, en mi comunidad y en el mundo a mi alrededor.

Todo esto será por obra de la bondad de nuestro Dios; Él, el Sol que nace de lo alto, nos visitará en su misericordia para brillar sobre aquellos que están en la oscuridad y en las sombras de muerte, para guiar nuestros pies por el camino de la paz. (Toma un minuto de silencio para ofrecer a Dios a aquellos que sabes que están en la oscuridad, aquellos que están enfrentando la muerte y por aquellos que están viviendo en la confusión, la división o la guerra). ¡Sí Señor! ¡Que se haga tu voluntad! ¡Amén!