Oración para las causas perdidas: ¡haz tu petición más importante!

San Francisco Javier te ayudará con las causas que son consideradas perdidas; prepara tu petición y hazla con devoción en la oración que hoy compartimos contigo.

Oración para las causas perdidas: encuentra la solución que tanto buscas. Foto: Shutterstock
Oración para las causas perdidas: encuentra la solución que tanto buscas. Foto: Shutterstock

San Francisco Javier te ayudará con las causas que son consideradas perdidas; prepara tu petición y hazla con devoción en la oración que hoy compartimos contigo.

Cada 3 de diciembre, la Iglesia católica recuerda a San Francisco Javier, un sacerdote y misionero, que se encargó de evangelizar en diferentes lugares del mundo; precisamente, llevó a Palabra de Dios a gran parte del continente asiático, y es reconocido por sus innumerables misiones, así como por haber sido el fundador de la Compañía de Jesús, junto a San Ignacio de Loyola.

No solo es el patrono de los misioneros, pues hay quienes lo denominan el santo patrono de las causas perdidas, no solo por lo que hizo en vida, sino por los milagros que se han concedido en su nombre, cuando las personas deciden ponerse en manos de este santo. Tú también puedes hacerlo, con esta oración compartida por el portal ‘Oraciones a los Santos’, para que pongas en conocimiento de él tu petición más importante, encontrando las soluciones que tanto buscas.

Oración para las causas perdidas

¡Oh, gran San Francisco Javier!, bienaventurado y glorioso patrón de las causas perdidas, de lo imposible, predicador incansable y prodigioso misionero, que al servicio de Dios Padre Todopoderoso recorriste el mundo entero llevando su Palabra: junto a ti adoro la Divina Majestad, me alegro especialmente por los dones que con generosidad te entregó en vida y por la gloria que te concedió después de la muerte.

Le doy gracias a Dios, y le pido, con todo el afecto de mi corazón, que mediante tu poderosa intercesión pueda obtener lo que pido humildemente. San Francisco Javier, acude a mí y, sobre todas las cosas, consígueme la gracia de vivir una vida de caridad, amor y solidaridad con mis hermanos como la que tu supiste tener y practicar con los demás.

¡Santo protector de las causas perdidas, glorioso san Francisco Javier!, tú que nunca te diste por vencido, te ruego me asistas con tu poder y me ayudes en esta especial necesidad que me angustia grandemente y considero perdida: (hacer con gran fe y esperanza la petición).

Oh santo bendito, haz que llegue a mí la solución que con todo mi ser necesito y ansío, pero si lo que te pido no es para la gloria de Dios y el bien de mi alma, te ruego, me otorgues las gracias necesarias para lograrlo, así como tu perpetua protección, a fin de que, animado por tu ejemplo y tu asistencia pueda vivir santamente y alcanzar la eterna felicidad del Cielo.

Padre Francisco, siempre unido a Dios, tú que ahora estás en la plenitud de la gloria de los bienaventurados, luego de haber confiado mucho, entregándote a la oración, intercede ante Dios por nosotros para que no deje de derramar su gracia abundante cada vez que se la pedimos en la oración.

Padre Francisco, alma entregada a Dios, que podamos seguir tu ejemplo y basar nuestra vida en una constante entrega y confianza en el Señor, retirándonos a orar lo más frecuente posible a lo largo de los días. Padre Francisco, que salvaste tantas almas, pues tú no escatimaste ningún medio útil para el objetivo de anunciar que la salvación del hombre está en Jesucristo.

Sin embargo, siempre tuviste la humildad de nunca atribuirte a ti, lo que era Gracia o Don del Señor puesta a tu disposición. Ayúdanos con tu muy poderosa intercesión para que el Señor sea paciente con nosotros y nos ayude a corregir nuestros errores.

Pídele al Padre, Dios de infinita misericordia, que sea tolerante con nuestros egoísmos y orgullos y nos dé ocasiones abundantes como para poder reconocer de corazón que somos sus hijos y estamos siempre en sus manos de paternales. Que tu intercesión por nosotros ante Dios nos ayude a resistir los engaños del Mal Espíritu y nos libere de cualquier malicia, mal y peligro. Amén.