Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a San Juan de Dios contra la angustia y la depresión

Puede ser una gran alternativa para recuperar la paz interior.

Oración para recuperar la tranquilidad. Foto: Shutterstock
Oración para recuperar la tranquilidad. Foto: Shutterstock

Puede ser una gran alternativa para recuperar la paz interior.

Son tiempos difíciles en los que el miedo se ha apoderado de la sociedad y cada vez son más las personas que entran en un estado de angustia y depresión que solo desencadena algunos problemas de salud.

Ante esta situación, San Juan de Dios, benefactor de los enfermos, los desahuciados y abandonados, puede convertirse en un gran aliado para nuevamente alcanzar la tan anhelada tranquilidad, a pesar de la gran angustia por la pandemia que azota al mundo entero.

Para ello, debes realizar con mucha fe una oración sin dejar de pensar en la mayor preocupación que tienes en estos momentos y siendo consciente de lo que pretendes lograr a nivel emocional al comunicarte con San Juan de Dios.

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Oración a San Juan de Dios

San Juan de Dios glorioso, benefactor insigne de los enfermos, los desahuciados y abandonados, de los que sufren depresión, angustia o ansiedad, de los traumatizados, de las víctimas de abusos, y de toda persona desamparada o en dificultad, a ti clamamos.

Te suplicamos de todo corazón, y por la poderosa ayuda divina que recibiste de tu amigo y protector, el Arcángel San Rafael, que nos des tu asistencia en las necesidades corporales, espirituales y materiales que aquí te presentamos:

(Realiza la petición en este momento de la oración)

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No nos niegues la ayuda que con fe te pedimos, mira nuestras carencias, nuestros agobios, tiende tu generosa mano y danos tu auxilio, danos las bendiciones que tanto precisamos para solucionar nuestros problemas; pide por nosotros al Señor de Misericordia y consigue que seamos escuchados y atendidos.

Así mismo, te pedimos que nos hagas participes del conocimiento de Dios, para que conociéndolo le amemos, le sirvamos y le obedezcamos, porque no hay mayor pobreza que el desconocimiento de Dios.

Que libres de esta pobreza espiritual seamos dotados de buenas obras y así de esta manera, venciendo todos los obstáculos de la vida presente seamos dignos de las glorias y maravillas celestiales.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.