YouTube: Novena a la Madre Laura Montoya, día 2

Colombia tiene Santa y es la Madre Laura Montoya de la cual celebraremos su fiesta con la Novena y aquí te la dejamos.

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Colombia tiene Santa y es la Madre Laura Montoya de la cual celebraremos su fiesta con la Novena y aquí te la dejamos.

Novena a Santa Laura Montoya

Por la señal de la Santa Cruz, Amén.

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Oración para todos los días:

Padre Eterno que Creaste a Santa Laura de Santa Catalina. Hijo de Dios que la redimiste con tu sangre preciosa.

Espíritu Santo que la enriqueciste con tus preciosos dones. Oh, Augusta Trinidad: Humildemente postrados ante tu divina presencia, te suplicamos por intercesión de Santa Laura, nos concedas el remedio de estas necesidades.

Así mismo te pedimos la gracia de vivir toda nuestra vida a la luz del Evangelio, siguiendo el ejemplo de la Santa Madre Laura. De tal manera que con nuestro testimonio de amor a Dios y de generosidad con nuestros hermanos, atraigamos a muchos a una viva experiencia de Dios, que es Padre de todos.

Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA SEGUNDO

EL MANDADO DE LA VIRGEN

“Jesús vino a Cafarnaúm, junto al mar, para que se cumpliera la profecía: El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz. A los que habitan en sombra de muerte, una luz les ha amanecido". San Mateo 4, 16.

Después del viaje a Guapa donde la Madre Laura ayudada por el padre Ezequiel Pérez, pudo conocer los indios, todo en ella se convirtió en un intenso Deseo de catequizarlos.

Empezó entonces a organizar sus cosas para internarse en la selva, en una tarea a la cual se sentía claramente llamada. Pero a pesar de buscar ayuda por todas partes, en ninguna parte encontraba. Resolvió pues, irse a Roma a conseguir directamente el apoyo del Santo Padre.

Pidió y obtuvo permiso de su director espiritual y de su madre, doña Dolores y después de sacar del banco el dinero para el viaje, fue como de costumbre a visitar a la inmaculada en la catedral de Medellín, en ese tiempo la iglesia de la Candelaria.

Postrada a sus pies, Laura oró así: “Mira Señora, este dinero. Es el fruto de economías de muchos años y va ahora a ser gastarse en hoteles y barcos. Y todo porque tú, Señora mía, me dejas sufrir sola y No me haces el mandado a Roma. Esta misma noche, preséntate, te lo ruego al Santo Padre. Y cuando él ponga la cabeza en la almohada, hazle sentir los gemidos de los pobres salvajes del mundo y compromételo a hacer algo por ellos". Y Añadió: “Suspendo el viaje, mientras me traes la respuesta del Papa".

Al salir de la iglesia se encontró con un sacerdote amigo, a quien preguntó cuánto se demoraría en venir una carta desde Roma. Más o menos mes y medio, le contesto el padre.

Pasado este tiempo SS. Pío X publicó la encíclica “Lacrymabili Statu Indorum" (El lastimoso estado de los indios), en la cual pide a los obispos busquen todos los medios posibles para ayudar a los grupos humanos marginados de la civilización y de la iglesia.

GOZOS

Al presentarte nuestros ruegos, venimos llenos de confianza:

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura.

I

Madre y maestra de los indios de nuestra selva americana: Vuelve a enseñarnos los caminos de tus intrépidas andanzas.

Y Así la luz del Evangelio llegue por cerros y cañadas, a redimir a los cautivos de la pobreza y la ignorancia.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura.

II

Ante el asombre de tus ojos, la turba inquieta y afanada de las hormigas un secreto de amor, te dijo sin palabras.

Y desde entonces la ternura de Dios, inmensa y desbordada sobre los buenos y los malos, con suaves ardor te abrasó el alma.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

III

Tú que supiste de pobreza y también fuiste desplazada, mira el dolor de tus hermanos en esta patria colombiana.

Haz que florezca entre nosotros aquella paz tan anhelada, en la justicia y el progreso que como hermanos nos igualan.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

IV

Un acendrado y fiel cariño a la señora Inmaculada, marcó tus días y noches, le dio certeza a tu esperanza.

Su amor fue siempre el santo y seña de tus empresas arriesgadas, su nombre dulce y melodioso entre los tambos se escuchaba.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

V

Si las serpientes y las fieras por el poder de tu plegaria, como predijo el evangelio, pacificaron su acechanza: Líbranos hoy de los peligros que por doquier nos amenazan a quienes vamos de camino hacia la fiesta de la patria.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

VI

Tu corazón en carne viva, porque “los indios son mi llaga", contagie a todos tu angustia por tanta gente marginada.

Haznos sentir la sed de Cristo que dio vigor a tu constancia, en las tareas de su Reino de amor y bienaventuranza.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

VII

A los discípulos de Cristo, tu gesta heroica nos señala la ruta audaz del evangelio hacia regiones muy lejanas.

Transforma nuestro continente que ya es iglesia misionada, en una iglesia misionera de leve alforja y sandalias.

Tu celo ardiente y generoso danos a todos, Madre Laura

Oración final

Dios, Padre misericordioso, que elegiste a la Santa Laura Montoya para despertar en la iglesia el sentido misionero, especialmente hacia las comunidades marginadas de la sociedad.

Concédenos que podamos imitarla en su actitud contemplativa y en la búsqueda constante de la salvación de los hermanos.

Danos la gracia de una conversión sincera al Evangelio y así un día florezca entre nosotros una paz justa y duradera, por el progreso de todos, especialmente de los más necesitados.

Además, rogamos por los méritos de la Santa Madre Laura, el remedio de estas necesidades…. si es para tu mayor gloria y nuestra salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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