Poderosa oración a San Benito para protegerte de las malas energías este Halloween, reza con fe
La oración a San Benito es uno de los escudos espirituales más fuertes contra el mal. Descubre cómo hacerla este Halloween.
La oración a San Benito es uno de los escudos espirituales más fuertes contra el mal. Descubre cómo hacerla este Halloween.
San Benito de Nursia fue un monje cristiano, fundador de la orden benedictina, quien vivió como ermitaño durante años dedicándose a la meditación y la oración y se destacó por su fe inquebrantable. Es conocido actualmente como el patrono de Europa y protector contra el mal.
Según la tradición cristiana, San Benito fue tentado en múltiples ocasiones por el demonio, quien trató de hacerlo caer mediante visiones, envidias y ataques espirituales: no obstante, siempre logró vencer al mal con la cruz y la oración.
Uno de los símbolos más conocidos de este santo es la Medalla de San Benito, considerada un escudo espiritual contra el demonio, el mal de ojo, los hechizos y las malas vibras. Esta insignia mística fue aprobada por la Iglesia Católica en el siglo XVII y lleva inscritas las iniciales de una poderosa oración en latín que traducida al español dice: La Santa Cruz sea mi luz, no sea el dragón mi guía”.
Muchos fieles y creyentes acuden a este santo en Halloween para invocar su protección, pues se cree que en esta fecha las malas energías son más propensas a atacar. Si quieres mantenerte fuerte en esta temporada, a continuación te compartimos una oración de la web Hozana.
Oración de protección a San Benito contra el maligno
“¡Oh, Santo Padre Benito, que ayudas a cuantos acudimos a ti! Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón y una verdadera conversión para reparar las culpas cometidas, y para alabar y glorificar a Dios todos los días de mi vida.
Dios omnipotente y eterno, por los méritos y el ejemplo de San Benito, de su hermana, la virgen Escolástica y de todos los santos sacerdotes renueva en mí Tu Santo Espíritu; dame fortaleza en el combate contra las tentaciones del maligno, paciencia en las tribulaciones de la vida, prudencia en los peligros.
Aumenta en mí el amor a la castidad, el deseo de la pobreza, el ardor en la obediencia, la humilde fidelidad en la observancia de la vida cristiana. Confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, puedo servirte alegre y unirme victorioso en la Patria Celestial a todos los santos. Por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.”