Por: Juliana Palomino • Colombia.com

LGBT: Pareja de mujeres comentó que fue discriminada mientras buscaban arriendo

No sería la primera vez que la pareja homoparental se enfrenta al rechazo de los arrendadores.

Actualización
¿Cuántos casos más habrá sobre discriminación de personas que no los denuncian?. Foto: Shutterstock
¿Cuántos casos más habrá sobre discriminación de personas que no los denuncian?. Foto: Shutterstock

No sería la primera vez que la pareja homoparental se enfrenta al rechazo de los arrendadores.

Johana Guerra y Lina Piñeros fueron discriminadas con excusas inverosímiles a la hora de alquilar un apartamento para vivir en Bogotá, pues cuando decían que eran pareja la actitud de los arrendadores cambiaba completamente y tenían que volver a empezar de cero su búsqueda.

Como ellas, son muchas las personas de la comunidad LGBTIQ que se tienen que enfrentar a la discriminación para conseguir una vivienda, unas barreras contra las que luchan iniciativas como la campaña "Arriendo libre de estereotipos", basada en carteles similares a los de "Arriendo" que predominan en las calles de Colombia, pero que dejan claro que en ese departamento no se excluye a nadie.

La primera vez que habrían sufrido de discriminación habría sido cuando Guerra se acerco a ver sola un apartamento que había llamado la atención de ambas, por lo que le pidió a su pareja que se contactara con el arredador para determinar el día y acercarse a ver el inmueble.

"Yo llegué a ver el apartamento al día siguiente y yo creo que él pensaba que era para alguna de las dos nada más. Yo lo vi, le dije que me encantaba y le solicite hacer los papeles (...) Me preguntó para quién era y le respondí que era para las dos. De una cambió la actitud", relata Piñeros.

Según asegura, el hombre se "inventó cualquier excusa" y les dijo, apenas un día después, que decidió no arrendar el apartamento porque "salieron otros planes y ya no estaba disponible".

¿Qué dicen las cifras?

Según el informe "5 derechos en clave trans", publicado por el Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (Fundación GAAT), esta comunidad se tiene que enfrentar a una "relación de poder desigual" a la hora de acceder a una vivienda bajo arriendo.

En esa relación aparecen "las representaciones y prejuicios" que asocian a las personas trans con el trabajo sexual, lo cual ha creado "dinámicas sociales, económicas y políticas de exclusión de los lugares donde 'nos permiten' vivir (o deberíamos hacerlo) hacia ciudades, barrios y zonas marcados por la marginalidad, el empobrecimiento, la delincuencia".

La directora ejecutiva de la Fundación GAAT, Danne Aro Belmont, explicó que entre las barreras están el rechazo "cuando la persona trans es visible, es decir cuando es una persona trans que está iniciando su tránsito", y "los cobros excesivos" solo por dejarles vivir en un espacio.

También, en algunos lugares, hay personas que se encargan de hacerles la vida imposible "basándose en el prejuicio de que somos criminales, escandalosas o que ejercemos la prostitución".