La melodía del diablo: terror sinfónico no apto para oídos débiles

Las historias de terror aparecen con frecuencia en el ambiente cinematográfico y provienen desde diferentes puntos cardinales del mundo, pues la maldad no tiene barreras geográficas y el mal acecha sin necesidad de pasaporte.

Llega a las salas colombianas ´La melodía del diablo´, una historia en la que la música es protagonista, pero más allá de su apacible vaivén, puede ser el vehículo para encontrarse de frente con el horror.

Esta historia dirigida por Erlingur Thoroddsen ha sido basada en el cuento tradicional alemán de ´El Flautista de Hamelin´ de los hermanos Grimm, y describe la situación de una joven compositora con enorme talento a la que se le confía la terminación de la obra maestra de su mentor, quien ha fallecido y ha dejado inconcluso su trabajo cumbre.

La joven compositora pronto se da cuenta de que las notas de la obra de su maestro no son no0tas normales, no tanto por su calidad, sino porque encierran una atmósfera de misterio y horror desatada por una poderosa fuerza maligna que no parece ser de este mundo.

Macabra Partitura

La película se destaca por la música de un consagrado en la composición de obras de terror en el cine, el estadounidense Christopher Young, con trabajos como Nightmare on the Elm Street 2, Hellraiser y El exorcismo de Emily Rose, entre otras.

Como hecho curioso en la película, el papel del compositor que muere, fue interpretado por Julian Sands, actor que falleció sin poder ver terminada la última producción de la que hizo parte.

La otra parte del elenco principal está conformado por Charlotte Hope, quien había aparecido en Los Miserables, La Monja y La teoría del todo, una actriz que ha logrado demostrar su talento y que lo pone a prueba en esta película que creará un zumbido molesto y perturbador en el espectador con las notas macabras de la composición del mal.

La melodía del diablo será estrenada en Colombia el próximo jueves 11 de abril y es la oportunidad perfecta para que los amantes del terror tengan una opción diferente y disfruten, o padezcan, del terror sinfónico.