Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Existe un lugar en México en donde lo colombiano tiene encanto, arraigo y mucha mística

Monterrey tiene olor, sabor, sonido y aspecto colombiano porque ser Colombia o Kolombia es un estilo de vida, una cultura que honra a la patria del café y de la música más fiestera del mundo.

Monterrey cuenta con acordeoneros al mejor estilo del vallenato colombiano. Foto: Youtube
Monterrey cuenta con acordeoneros al mejor estilo del vallenato colombiano. Foto: Youtube

Monterrey tiene olor, sabor, sonido y aspecto colombiano porque ser Colombia o Kolombia es un estilo de vida, una cultura que honra a la patria del café y de la música más fiestera del mundo.

Durante años, los colombianos hemos soportado permanente estigmatización por causa del narcotráfico y es bastante usual que en diferentes aeropuertos del mundo los provenientes de la tierra del café tengamos que demorarnos más tiempo que otros viajeros, porque las requisas contra nosotros son exhaustivas y siempre se cree que en alguna parte de nuestro equipaje o de nuestro cuerpo ocultamos drogas.

Muchos colombianos optaron por otras nacionalidades para no tener que mostrar el pasaporte nacional y evitar ser rotulados como delincuentes, maleantes y traficantes, haciendo que ser colombiano para muchos no represente un orgullo sino toda una tragedia.

Resulta difícil creer que en algún lugar del mundo fuera de Colombia existan quienes lleven al país en el corazón sin haberlo visitado nunca, pero en México existe una cultura que se basa en Colombia como su pilar fundamental, y por más mariachis y ‘meros machos’ que sean los manitos, el sabor de la cumbia y el vallenato dominan su vida y gustos.

Los Colombias o Kolombias dejaron de ser un fenómeno social para convertirse en una realidad de miles de habitantes de Monterrey, una ciudad al norte de México en donde ser Colombia es un estilo de vida, una subcultura y un orgullo; allí la música colombiana se vive con fervor desde hace más de 50 años, y donde muchos de sus habitantes exhiben con orgullo alguna prenda que lleve el amarillo, azul y rojo colombiano.

La carga histórica, social y cultural colombiana está presente en los barrios populares de Monterrey, allí Colombia no es sinónimo de narcotráfico, allá Colombia es encanto, sabor e identificación con una tierra que, aunque lejana, está pegada en el corazón de los regiomontanos, regios, o simplemente colombias.

Mientras los colombianos nos preciamos de tener mariachis en calidad y cantidad como los originales de México, los colombias de Monterrey cuentan con agrupaciones de cumbia al mejor estilo de los corraleros del Majagual y grupos de vallenato con acordeón, caja y guacharaca como en cualquier esquina de la costa Atlántica colombiana.

Los Kolombias son parte de la identidad de buen número de nacidos en Monterrey y el sombrero vueltiao ha sido adaptado a sus costumbres, al punto que los sienten como propio, así como lo sintió Celso Piña, un músico mexicano que interpretaba lo mejor de la música colombiana y solo hasta que cumplió más de 50 años logró viajar a la Colombia que lo inspiró.

La cumbia nació en Colombia y se expandió por el continente y cada país que la acogió la adaptó a su manera, pero en Monterrey el asunto es otro, allá el toque colombiano es el sello inconfundible, por eso podemos decir que un lugar en el mundo en donde lo colombiano sea casi místico sí existe.