Cinco claves de la victoria verdolaga en Neiva

Fútbol - Jueves, 14 / Jun / 2007
 
Colombia.com
La victoria del Atlético Nacional 1-0 sobre el Atlético Huila en el estadio Guillermo Plazas Alcid se fundamentó en la jerarquía y en la experiencia que reflejó el onceno antioqueño durante casi todo el partido para disputar finales, por encima de su rival.

Aldo Leao Ramírez y Carmelo Valencia fueron los referentes más importantes para que los dirigidos por Oscar Héctor Quintabani tomaran la ventaja, rumbo al juego definitivo, a disputarse a partir de las 5:30 p.m en el estadio Atanasio Girardot en la ciudad de Medellín.

Estas son cinco puntos para destacar en el triunfo por la mínima diferencia de los paisas sobre los opitas:

Jerarquía: Condición natural con la cual cuenta Nacional desde que comienza hasta que termina los campeonatos. Con la experiencia que cae sobre sus hombros, pasando desde la defensa y llegando finalmente al ataque, se plasmó sobre el terreno de juego que ochenta de los primeros noventa minutos de la final, fueron dominados y manejados con facilidad por el verde. Los ritmos, los tiempos y la ubicación del juego fueron determinados por el equipo de la visita, por nadie más.

Supremacía en la mitad de la cancha: Tanto la presencia de Jarol Martínez y José Amaya en la zona de recuperación, como las de Aldo Leao Ramírez y Jairo Patiño en zona de gestación, fueron determinantes en el momento de lograr un equilibrio tal, para que el equipo antioqueño pudiera pasar de defender a atacar o viceversa, sin necesidad de lucir como un equipo roto en aquella zona medular.

Orden defensivo: A diferencia de su rival, que defendía con tres centrales de una manera en la que la cobertura de los espacios les podían quedar grandes, Nacional tuvo defensas centrales que pocas veces abandonaron su posición (Humberto Mendoza e Iván Hurtado) y aunque Huila tenía atacantes que invitaban al desorden en la retaguardia, ambos zagueros del medio encontraron un excelente respaldo en los cierres laterales, gracias a los extremos Camilo Zúñiga (por derecha) y Marlon Piedrahita (por izquierda).

Movilidad vanguardista: En el Huila, los desplazamientos de los delanteros Leonardo Rojano y Fredy Montero eran bastante dinámicos, pero contrarrestados por el orden de los defensas verdolagas. En cambio, para una defensa de tres, que pocas veces se convertía de cinco (sumando a los dos volantes laterales), tapar los movimientos de un hombre experimentado como Aristizábal, además de la velocidad inteligible de Carmelo Valencia, era mas que complicado. Siempre estos dos encontraban un lugar en donde recibir la esférica y cambiar de ritmo en diagonal para burlar las marcas.

El único lunar verdolaga: Un par de argumentos manchan una partida perfecta del Atlético Nacional en la capital del Departamento del Huila. El primero de ellos fue la parte disciplinaria: muchas amonestaciones y una expulsión por reclamos o faltas en la mitad de la cancha, parecían innecesarias para el trámite con el que se realizaba el compromiso.

El segundo: los últimos diez minutos, donde Rodrigo Marangoni, volante del Huila, fue capaz de organizar a su equipo de tal manera, que Nacional no pudo neutralizar la avalancha opita y terminó prácticamente ceñido contra su propio arco. Esta condición pudo haberle costado la victoria, aunque los “hubieras” sirven únicamente para remediar los errores del pasado en el futuro.

Andrés Felipe López R. Periodista Fútbol. www.colombia.com
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