Mario Yepes, “todocampista” de Colombia

Jueves, 18 / Nov / 2004
 
Foto Colombia.com
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El término defensor le queda corto a este jugador. Porque su esfuerzo por aportar en el medio del campo y en la parte de arriba es tan valioso como admirable. Él es un “todocampista”.

Mario Alberto Yepes es el mismo hombre afuera y adentro del campo. Su estirpe y absoluta decencia para firmar un autógrafo, conceder una entrevista y dejar todo en el terreno de juego genera tanto respeto como admiración.

Porque da la sensación que a este caleño de 28 años, el cansancio de los viajes no lo agotan. Al contario, lo fortalecen y lo hacen estar más fuerte. Concentrado. Este miércoles, cuando Colombia necesitaba el triunfo para mantener la ilusión de clasificar al mundial de Alemania 2006, se convirtió en el primer atacante del equipo.

Los pelotazos que reiterativamente realizó para su amigo y compañero Juan Pablo Ángel fue el cumpliento de una orden técnica que Reynaldo Rueda le pidió en los entrenamientos. La correcta lectura para cubrir el lateral izquierdo que dejaba descubierto Alexander Viveros, cuando subía a campo rival, no le negó la posibilidad de pisar el área contraria.

Y fue de esta forma que pudo gritar gol. El reloj marcaba el minuto 19 del partido. Colombia era superior en el campo y comenzaba a edificar el triunfo. Entonces Elkin Murillo lanzó correctamente, por fín, un tiro de esquina, Luis Amaranto Perea cabeceó en la esquina del área chica
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con la suerte y precisión que Mario Yepes sorprendió a todos ya que metió su cabeza con los reflejos de un gato y puso a gritar a los fieles hinchas que arribaron al estadio “Metropolitano”.

El festejo rabioso, alegre y a puro grito del “todocampista” era la postal de la felicidad. La angustia y los nervios que se instalaban en la cancha quedaban postergados por el cabezazo salvador de Mario Alberto.

Los segundos pasaron y nuestros ojos lo seguían en el rectángulo de juego para deleitarse ante tanta imprecisión que se imponía en el juego. Toque preciso con su pierna izquierda. Cierre justo y salto perfecto por los aires de la calurosa Barranquilla. Lucha, entrega, y amor fueron los elementos finales del jugador que juega en Francia para el París Saint Germain..

Verlo derrochar tanta energía en el campo es un placer. Porque muchas veces se pide entrega y este noble jugador es un ejemplo completo de dicho pedido. El grito que no le permitió el juez uruguayo Jorge Larrionda, cuando le anuló un gol legítimo en Maceió, Brasil, se hizo realidad en Barraquilla. Por eso el festejo. Por eso el abrazo y el beso a la camiseta. No cabe duda, su esfuerzo honra la profesión.


Leonardo Duque Soto, Enviado especial a Barranquilla.
Sugerencias a: Leonardo.duque@interlatin.com
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