Por: Camila Méndez Sastoque • Colombia.com

Restos del planeta Theia podrían ser los que formaron la Luna que vemos cada noche

En un sorprendente avance, los científicos han hallado pruebas definitivas que revelan el antiguo cataclismo que dio origen a nuestra Luna.

Foto: Shutterstock
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En un sorprendente avance, los científicos han hallado pruebas definitivas que revelan el antiguo cataclismo que dio origen a nuestra Luna.

Los científicos de la Universidad del Estado de Arizona se encuentran indagando sobre la hipótesis de que el núcleo de nuestro planeta Tierra podría tener restos de otros planetas luego de un choque que pudo ocurrir hace millones de años y cada vez hallan más información. 

Debido a que las capas de la Tierra se estarían comportando de una manera extraña, generando la idea de que esta composición sería más densa que el resto del campo terrestre, según la hipótesis publicada por los científicos: esas masas, que ocupan miles de kilómetros, son los vestigios de otro planeta, incrustados en la Tierra tras una colisión hace 4.500 millones de años.

Sobre el choque del antiguo planeta con la Tierra, hay muchas posibilidades, pues de este hay escombros que se fusionaron en la Luna, sin embargo, el planeta Theia, si existió, sus restos que están en el espacio son la mayor prueba y los científicos afirmaban que cualquiera de sus restos estaría a la vez en la parte más caliente de nuestro planeta.

Nuevas hipótesis de un estudio publicado en la revista Nature, también han destacado que aquellos restos estarían incrustadas en diversas partes del planeta Tierra, dejando así porciones de material a unos 2.900 kilómetros bajo la superficie terrestre. 

Si la teoría resulta ser cierta, los científicos tendrían la respuesta a algunas preguntas, pues ya sabían que había dos masas distintas incrustadas en la Tierra desde 1980 y que una se encuentra en África y otra en el océano Pacífico. Estas partículas tendrían una gran densidad de hierro, lo cual se podría medir con ondas sísmicas; pero el origen de estas manchas, cada una de ellas mayor que la Luna, sigue siendo un misterio para los científicos.

El geofísico Qian Yuan, tenía información de las manchas ocultas en ambos territorios y allí empezó a examinar estudios científicos para ver si alguien más opinaba que estos eran fragmentos del planeta Theia, pero no encontró resultados similares “Tenía miedo de acudir a otras personas porque temía que pensaran que estaba loco”, dijo Yuan.

Una vez encontró científicos que tenían su misma hipótesis siguieron con la investigación y ahora la incógnita era ¿cuál sería la densidad del material dejado atrás por Theia?. Tras varias investigaciones, los modelos indicaban que este planeta podía dejar tras de sí enormes trozos que quedaron en la Tierra y en la Luna.