Con acento latino y mirada firme, el papa León XIV arranca su camino hablando de paz y vocaciones

El nuevo papa se estrena en el balcón de San Pedro con un mensaje que combina urgencia mundial y reconstrucción espiritual desde las bases.

En su primer mensaje dominical tras asumir como sumo pontífice, León XIV dejó claro que su papado no será indiferente a los dramas que sacuden al planeta. Desde el emblemático balcón de la Basílica de San Pedro, el papa, el primero en la historia con raíces estadounidenses y peruanas, habló con firmeza sobre los principales conflictos armados en el mundo, al tiempo que puso en el centro a los jóvenes y a las vocaciones religiosas.

Durante el rezo del Regina Coeli, el pontífice se refirió de forma directa a la guerra en Ucrania y al conflicto en la Franja de Gaza, pidiendo un cese inmediato del fuego y negociaciones urgentes por la paz. “Llevo en el corazón los sufrimientos del amado pueblo ucraniano”, expresó, mientras que sobre Gaza suplicó por el fin de la violencia, ayuda humanitaria y la liberación de rehenes.

Vocaciones en crisis y juventud olvidada: el otro frente de batalla

Pero más allá de los conflictos internacionales, León XIV llamó la atención sobre una guerra silenciosa que también afecta a la Iglesia: la falta de vocaciones. Aprovechando la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa hizo un enérgico llamado a los jóvenes para que no teman responder al llamado de la fe.

“La Iglesia necesita vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa”, dijo, exhortando a las comunidades a convertirse en espacios de acogida, escucha y orientación.

Con una mirada cargada de esperanza, pidió que los jóvenes encuentren modelos creíbles dentro de la Iglesia y reconoció el papel de la música como expresión de fe, en alusión al Jubileo de las Bandas Musicales que se celebra en Roma.

Un gesto para las madres del mundo

En una fecha especial, León XIV no olvidó a las mamás. Con un tono cercano, las saludó con cariño en su día y extendió su oración a aquellas que ya no están. Además, dedicó palabras a varios grupos de peregrinos presentes en la plaza, entre ellos médicos de Granada y fieles de varias ciudades españolas.

Con una misa de entronización prevista para el 18 de mayo, León XIV arranca su pontificado dejando huella: firme ante la guerra, cercano a los jóvenes y con sensibilidad hacia los rostros cotidianos de la fe.