Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

En México se construyeron 17.000 casas con varillas contaminadas por la radicación

La relación de México con incidentes radioactivos inició en 1983 cuando desmanteló una unidad para el cáncer y construyó miles de casa con varillas radioactivas, y luego importó leche contaminada de la radiación de Chernobyl. 

México construyó casas con varillas de una unidad de tratamiento de cáncer contaminadas de radiación. Foto: Pixabay
México construyó casas con varillas de una unidad de tratamiento de cáncer contaminadas de radiación. Foto: Pixabay

La relación de México con incidentes radioactivos inició en 1983 cuando desmanteló una unidad para el cáncer y construyó miles de casa con varillas radioactivas, y luego importó leche contaminada de la radiación de Chernobyl. 

La historia de la República Mexicana con la radiación tiene vieja data y no se remite exclusivamente al difundido caso de la importación que el gobierno de esta nación norteamericana hizo de leche que resultó contaminada.

En aquel año, 1986, el mundo se sacudió con el accidente nuclear en la planta de Chernobyl, en ese entonces en la Unión Soviética, en lo que hoy corresponde a Ucrania, en guerra con Rusia desde el mes de febrero, y la amenaza nuclear se convirtió en una inmensa nube tóxica que recorrió los aires de Europa.

México importó leche desde Irlanda luego del accidente nuclear del régimen soviético, lo cual no tendría nada de malo sobre el papel, pero la nube tóxica también alcanzó cielos irlandeses, por lo que la leche que se importó probablemente se encontraría contaminada, pero a pesar de ello, el gobierno mexicano desestimó el asunto, la importó y la distribuyó.

La leche contaminada se distribuyó a los niños más desfavorecidos del país a través de CONASUPO, Compañía Nacional de Subsistencias Populares y se desató una inmensa polémica porque el gobierno mexicano había sido advertido con que la leche podría contener partículas de Cesio-137, una sustancia de elevada toxicidad.

Se le recriminó al gobierno de México y a la empresa láctea irlandesa la importación de la leche, porque al parecer esta se adquirió a bajo precio cuando ambas partes conocían de su posible contaminación.

El asunto de la contaminación radioactiva en México a causa de la importación de leche en polvo no ha sido el único, pues ya existía un antecedente porque 3 años atrás se desmanteló una unidad de terapia contra el cáncer en la Ciudad Juárez, Chihuahua.

Las varillas radioactivas de la unidad en lugar de tener un tratamiento especial para su destrucción, fueron nuevamente convertidas en varillas que resultaron haciendo parte de las estructuras de miles de casas en todo el territorio mexicano.

Para el año 1983 no existía en México una regulación legal sobre el manejo de residuos radioactivos, por tal razón estas varillas radioactivas terminaron convertidas en varillas utilizadas para la construcción de viviendas en 16 estados de la República de México.

Cerca de 17.600 casas fueron levantadas con las 6.608 toneladas de varillas radioactivas, pero por la época, las autoridades reconocieron que las personas en contacto con estas y quienes habitaron y habitan las viviendas tendrían la posibilidad ‘ligeramente mayor’ de desarrollar cáncer y defectos genéticos, pero minimizaron el riesgo asegurando que la posibilidad de desarrollar cáncer era menor al 1%.